Crítica ‘Muy lejos’: El mejor Mario Casas en un precioso debut

Muy lejos Mario Casas

★★★★

Muy lejos es una de las mejores óperas primas del cine español reciente, con el mejor Mario Casas.

Sergio es un fanático perico entrando como loco al estadio de fútbol de Utrecht con la afición del Espanyol, es uno más en ese ambiente duro, macho, agresivo, ruidoso. Al acabar el partido, siguen la juerga por bares. Las conversaciones que se escuchan incluyen “maricón”, “me la pedí”, palabras y expresiones que cada vez parecen incomodar más al protagonista.

Cuando al día siguiente todos tienen que volver a Barcelona, Sergio finge que ha perdido su cartera y documentación para quedarse en la ciudad holandesa. Está solo, perdido. Ese henchido físico con el que se movía acompañado de los colegas empieza a hacerse pequeño, tiene que empezar de cero, buscar el trabajo que pueda, dormir donde pueda. Pero es así, lejos de todo lo que no conocía, cuando empieza a conocerse a sí mismo.

Esa fue la historia de Gerard Oms, reconocido coach de actores, que debuta en el largometraje con Muy lejos, una preciosa historia de autodescubrimiento, ese tipo de evoluciones que solemos ver en edades adolescentes pero que, en muchos casos y por razones muy diversas, se tienen que dar mucho después, como le pasa a Sergio.

Sergio emprende un silencioso e introspectivo viaje hacia la ternura, un viaje emocional de descubrimiento alejado de todo lo que conocía, es la única forma en la que consigue respirar.

Mario Casas se llevó en Málaga el premio a mejor actor (compartido con Álvaro Cervantes por Sorda) y seguro que sólo será el primero de muchos o así debería ser. El giro que el actor nos llevaba demostrando en los últimos años y filmes lo confirma aquí. El resultado del trabajo que ha realizado con Oms, quien fuera su coach en No matarás, por confianza, por amistad, ha resultado en el mejor trabajo de la carrera de Mario Casas. Un Mario Casas que sabe muy bien aprovechar ese físico duro para llevarlo por lugares de vulnerabilidad en los que no lo habíamos visto hasta ahora.

Muy lejos es un plantarse frente al miedo y poder respirar cuando uno ya puede ser quien es. Y para lograrlo Sergio tiene que hacerlo en un entorno ajeno, difícil, en el que no entiende el idioma, ni conoce a nadie, pero depende y aprende de la solidaridad y generosidad de otra gente que está o ha estado en situaciones parecidas o peores.

Además de ser una reflexión personal, lo interesante del debut de Oms es que lo atraviesa de una mirada social, presentando esos inmigrantes de primera y de segunda. Sergio, a pesar de los difíciles momentos que vive, es un privilegiado frente a otros que conoce en este viaje. Y de eso también se da cuenta, aunque tarde y de mala manera.

Entre los personajes que se va cruzando está el que interpreta David Verdaguer, un hombre opuesto al Sergio de Mario Casas, seguro de sí mismo, superviviente avispado, que se cree mejor que los demás. También está Yusuf (Yliass El Ouahdani), un inmigrante en situación ilegal que le va ayudando. Y la maravillosa mujer (Jetty Mathurin) que le acoge en su casa sin esperar nada a cambio que buena y tranquila compañía. Un pequeño grupo gracias al que Sergio acaba encontrando ese sitio en el que sentirse por fin cómodo dentro sí mismo.

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