★★★/★★★★★
Secaderos, debut en el largometraje de ficción de la documentalista Rocío Mesa, narra el despertar de dos mujeres jóvenes en un entorno rural. Por un lado está Vera, una niña de siete años que vive en Madrid pero pasa las vacaciones en el pueblo de sus abuelos, una zona agrícola que para ella es sinónimo de libertad; por el otro, Nieves, una adolescente que, al contrario que la niña, percibe el pueblo como una jaula de la que desea escapar. Ambas se embarcan en dos aventuras paralelas conectadas por una gigantesca criatura mágica que habita en un secadero de tabaco abandonado.
El principal interés de este relato iniciático reside en su intento de maridar los códigos del cine naturalista con la tradición del realismo mágico. Así, la ópera prima de Rocío Mesa entronca, primero, con otras miradas femeninas recientes sobre el mundo rural (filmes que buscan desdibujar las barreras entre la ficción y el documental como Alcarràs, 20.000 especies de abejas o El agua) para, al mismo tiempo, recurrir a las claves de los cuentos de hadas que, desde la fabulación y la presencia de criaturas fantásticas, ponen en imágenes el final de la inocencia y la entrada en el mundo adulto (véanse, por citar algunos ejemplo, El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, Tideland, de Terry Gilliam o la catalana Animals, de Marçal Forés).
Secaderos, que ha pasado por los festivales de San Sebastián, Sevilla y Gijón, por Márgenes y por el South by Southwest de Austin (donde consiguió el Premio del Público en la sección Visions), aspira así a alcanzar un difícil equilibrio entre la mirada despojada de artificios que requiere el cine de lo real y el despliegue de imaginería visual propio del género fantástico. El resultado es una propuesta estética híbrida que, desgraciadamente, termina quedándose a medio camino entre ambas tradiciones sin resultar del todo satisfactoria. Eso sí: pese a la irregularidad del conjunto, la personalísima mirada de Rocío Mesa (y lo arriesgado de su hazaña) es, sin lugar a dudas, digna de elogio.
Lo mejor: La criatura mágica.
Lo peor: Los problemas de tono.
