Pelayo Sánchez
★★★½
Secretos de un crimen es, ya desde sus primeros compases, una película magnética, desasosegante, abrumadora. Una capacidad para imantar al espectador y arrebatarle el aire que tiene su base en la sabiduría que derrochan el guion y la puesta en escena de Sandhya Suri, documentalista británico-india que debuta aquí en el largo de ficción. Y es que la de Suri es una escritura de implacable pulso narrativo, digna de los mejores thrillers canónicos, en la que el suspense es dosificado con minuciosidad a lo largo de un relato magistralmente secuenciado, donde cada cuadro dramático aporta detalles sutiles que nunca revelan más de lo necesario. A la solidez de su entramado narrativo se suma el inteligente diseño de su personaje principal, Santosh, una mujer de sólidos valores pero cargada de aristas y contradicciones que, tras enviudar y heredar el empleo de su marido como agente de policía, se obsesiona con sacar a la luz la verdad en un caso de violación al que una sociedad profundamente machista parece empeñada en quitarle toda importancia. Así, las pesquisas de Santosh la llevarán a introducirse poco a poco en los oscuros fangos en los que nada la corrupta clase política de la India, donde los sobornos, las intimidaciones y la violencia institucional son moneda de cambio común. La cineasta logra elevar todavía más su guion de hierro gracias a un atmosférico y vibrante trabajo de puesta en escena en el que, por encima de todo, destaca el manejo del punto de vista, siempre limitado a su personaje principal, una mujer que se mueve incansablemente de un lado a otro tratando de hacer justicia en un entorno desoladoramente hostil que amenaza con devorarla en cualquier momento.
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