Crítica ‘The Alto Knights’: Duelo en la cumbre: Robert De Niro vs. Robert De Niro

The Alto Knights

Alto Knights era el nombre del pequeño club social en el que se reunían las familias de la mafia neoyorquina, uno de esos locales en los que se sentían tranquilos, a gusto, cómodos para hablar de negocios o para comenzar guerras sanguinarias.

Alto Knights estaba en pleno Little Italy, ese barrio obrero en el que los capos habían crecido y aprendido todo lo que sabían hoy. Estaba muy cerca del cuartel general de la policía, es decir, quedaba clara la tranquilidad con la que Vito Genovese, dueño del local desde los años 50 a su regreso a EE UU, se podía mover con la connivencia del brazo armado de la ley.

Que Nicholas Pileggi (autor de los guiones de Uno de los nuestros o Casino) haya elegido el nombre de ese club deja muy claro también y de nuevo el alto y profundo conocimiento de este nonagenario guionista (marido de Nora Ephron, por cierto) sobre las familias mafiosas neoyorquinas. Esta es una historia que Hollywood llevaba mucho tiempo persiguiendo y también Pileggi, es la historia de dos de los grandes jefes, de los más mediáticos y cómo todo se torció.

The Alto Knights

Vito Genovese y Frank Costello eran amigos de la infancia, crecieron en esas calles de Little Italy y empezaron juntos a meterse conscientemente en el mundo del crimen, cuando Genovese tuvo que exiliarse a Italia tras un doble asesinato, le dejó todos sus negocios a Costello. Pero a su regreso, absuelto de los crímenes, el mundo había cambiado demasiado y no podía recuperar lo que tenía tan fácilmente. La historia de The Alto Knights es la de estos dos señores para los que la amistad y lealtad están en lo más alto de sus valores hasta que dejan de estarlo.

En The Alto Knights están todos los ingredientes y nombres del buen cine de gángsters, de los más veteranos. Pileggi escribe, Barry Levinson (Bugsy) dirige y Robert De Niro se deja un doble papel protagonista. Él, hasta arriba de prótesis, es Vito Genovese y Frank Costello. Es un duelo en la cumbre de De Niro haciendo todo lo que sabe hacer, para bien y para mal. A ratos como una caricatura de sí mismo, a ratos totalmente convincente.

De Niro, como Costello, es el narrador de la película, contando la historia de cómo fue y acabó aquella amistad y explicando cómo funcionaba la mafia estadounidense en aquellos aún felices años para ellos en los 50. Cuenta también cómo se vino abajo, cómo salieron todos sus negocios y corrupciones a la luz y a veces, con montajes fotográficos reales y recreados, parece casi un documental que a ratos pierde demasiado el ritmo.

The Alto Knights en filme de gangsters muy convencional, pero que es fácilmente defendible con este doble De Niro siempre feliz de meterse en estas pieles de señores desafiantes, chulos y poderosos. Poco más hace falta para un rato entretenido.

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