Crítica ‘Thunderbolts*’: Un Marvel oscuro, divertido y relevante

Thunderbolts

Thunderbolts sorprende con un reparto brillante y un guion bien pensado.

★★★½

Nadie esperaba nada de estos perdedores y quizá, precisamente por eso, como les ocurre a este grupo de mercenarios olvidados dentro de la película, Thunderbolts* ha acabado siendo la mejor película de Marvel (o superhéroes) en una buena temporada.

Arranca con una Yelena (genial siempre Florence Pugh en cualquier género) melancólica, solitaria, hablando en voz en off del vacío que siente en su interior, más grande desde que su hermana murió, mientras salta al vacío desde un rascacielos en Malasia e intenta acallar su dolor peleando, matando y cumpliendo una vez más la misión para la que ha sido contratada.

Al otro lado del mundo, Valentina Allegra de Fontaine declara ante el congreso que la investiga por sus experimentos inhumanos y secretos. Este es el primer acierto de Thunderbolts*, poner a Julia Louis-Dreyfuss en el centro como villana, es la que los une a todos los demás, la actriz trae todos sus Veep vibes, una Selina Meyer cegada de poder y con ambiciones de cómic y súper woman.

Ella es la que reúne a todos estos perdedores, Ava Starr (Hannah John-Kamen), Yelena y John Walker ex Capitán América (Wyatt Russell), quienes consiguen escapar de la trampa que les tiende Valentina, y ayudados después por Bucky (Sebastian Stan) y Guardián Rojo aka ruidoso padre de Yelena (David Harbour), intentan vengarse de Valentina y, contra su naturaleza y casi por casualidad, les tocará salvar el mundo.

El tono del comienzo de la película es el que regresa en esa segunda mitad, en ese desenlace, en el que estos nuevos (anti)héroes deben enfrentarse a sus propios vacíos, miedos, traumas y soledades. Lo hacían normalmente, pero les ayuda también el Vigía (Lewis Pullman) cuando les arrastra a su oscuridad.

Y, precisamente, ahí es donde este Marvel además de muy oscuro y también bastante divertido a ratos, dos adjetivos a los que nos tenían acostumbrados, se vuelve de pronto relevante hoy, hablándonos de soledad, de depresión, de vacíos existenciales, de sentirse sin rumbo, perdidos y de buscar ese calor y esa cura al dolor y los traumas que nos acompañan en la vida, a veces sin explicación y otras con una causa muy terrible.

Y así, sin esperarlo, los perdedores de Marvel ganan.

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