Crítica ‘Ernest Cole: Lost and Found’: Condenado al olvido

Crítica de 'Ernest Cole: Lost and Found', documental de Raoul Peck que llega hoy a las salas de cine españolas.

★★★½

Alejado de su hogar, sumido en la miseria, profundamente desolado. Así llegó al final de su vida Ernest Cole (1940-1990), fotógrafo sudafricano que desafió al apartheid con su cámara y que debió pagar por ello no solo con el destierro, sino con el olvido, la pobreza y, finalmente, la más solitaria de las muertes. Ernest Cole: Lost and Found reconstruye, con implacable contención, la vida de este testigo esencial del siglo XX, ayudando a despejar la niebla que cubrió durante décadas su legado. El relato avanza desde la infancia de Cole en Pretoria hasta la publicación, en el año 1967, de House of Bondage (obra que lo consagró y, al mismo tiempo, lo condenó), para luego acompañar su errabundo vagar por Estados Unidos y Europa, donde el fotógrafo nunca lograría hallar consuelo ni estabilidad. En el centro del documental, el redescubrimiento de un archivo olvidado con más de 60.000 negativos: imágenes que devuelven a Cole su lugar en la historia, injustamente arrebatado. Despojado de todo atajo emotivo, el documental de Raoul Peck (I Am Not Your Negro, 2016; Exterminad a todos los salvajes, 2018) rechaza en todo momento el exceso y la reconstrucción dramática: no hay aquí músicas invasivas ni subrayados morales, únicamente una voz en off (seca, precisa, prestada por un actor que interpreta los textos del propio Cole) y, siempre en el centro, las fotografías, auténticos sostenes de un relato que logra hacer visible lo invisible: el sentimiento de profunda desazón provocado por el desarraigo.

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