Festival de Málaga: ‘Playa de lobos’: Una comedia en la que nada es lo que parece

Crítica de 'Playa de lobos', el nuevo largometraje como director de Javier Veiga, que compite en el Festival de Málaga 2025.

★★★

Impredecible. Quizá este sea uno de los adjetivos que mejor defina la comedia Playa de lobos, segundo largo como director del intérprete, guionista y cineasta Javier Veiga (que, además de escribir y dirigir, se reserva también un papel secundario en su película). Y es que, desde el comienzo, resulta complicado imaginar los derroteros que irá tomando a lo largo de su metraje una película que, en sus primeros minutos, apunta maneras de comedia vitalista para poco a poco deslizarse hacia territorios de género difícilmente augurables. En esta capacidad para la sorpresa reside la principal de las virtudes de Playa de lobos, por lo que conviene no revelar detalle alguno de su trama. Película de (casi) escenario único, su relato acontece en una única noche (salpicada puntualmente por algunos flashbacks y escenas oníricas) y entre (casi) dos únicos intérpretes, unos Dani Rovira y Guillermo Francella francamente divertidos que tienen verdadera química en pantalla. Dos son los aspectos que impiden que la película, que tiene algunos momentos francamente divertidos que derrochan humor negro y mala leche, termine de volar alto: por el lado del guion, algún que otro engranaje forzado de más; por el de la puesta en escena, la excesiva ligereza de su empaque formal (dado el “atrevimiento” de su guion a la hora de saltar entre géneros y romper nuestro horizonte de expectativas, la película quizá pedía una mayor personalidad en su diseño visual). Con todo, una comedia (no tan) ligera muy disfrutable.

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