Crítica ‘Un buen padre’: Tierno relato sobre el anquilosamiento de la institución eclesiástica

Crítica de 'Un buen padre', primer largometraje como director del montador Gregory Gadebois, y que llega el 23 de mayo a las salas españolas.

★★★

Un buen padre es una de esas películas que se sostienen casi enteramente en el buen hacer de su protagonista. Aquí es el magnífico actor francés Gregory Gadebois (que hace apenas dos semanas estrenaba en salas españolas otra película, Presunción de inocencia) quien lleva sobre sus hombros el peso de un relato que, más allá del plano interpretativo, nunca pasa de ser correcto. Este primer largo como guionista y director del montador Roman Tronchot narra la historia de Simón, sacerdote en una parroquia de un pequeño pueblo francés. Bonachón, humilde y absolutamente comprometido con sus feligreses, un día es visitado por una antigua amante a la que no ve desde antes de convertirse en cura. La mujer, de nombre Louise, le hace saber que es padre de un niño de 11 años. Ante semejante revelación, Simón se verá inmerso en un dilema moral: ¿Es compatible su decisión de servir a Dios con la crianza de un hijo? Gadebois interpreta con suma ternura a un hombre debatido entre la fe y el amor paternal que, sin perder nunca la entereza, en todo momento se revela frágil y profundamente humano. “¿Por qué ellos (los feligreses) te llaman ‘padre’ y yo no puedo llamarte ‘papá’?”, le preguntará Aloé, su hijo, incapaz de comprender que la paternidad espiritual y la biológica sean excluyentes. Del conflicto planteado se sirve el cineasta, mediante una puesta en escena funcional que se quiere siempre más invisible que expresiva, para desacralizar y poner en cuestión (muy en línea con la filosofía del recientemente fallecido Papa Francisco) la anquilosada institución eclesiástica, convertida en casta al negarse a evolucionar y mantenerse alejada del pueblo. El resultado es un film agridulce y más o menos emotivo en el que se echa en falta una mayor ambición formal y que quizá habría resultado más interesante si, en lugar de terminar abrazando el didactismo, hubiese optado por explorar los entresijos del debate espiritual de su protagonista.

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