★★
Llama poderosamente la atención lo muy iluminado y enfocado que está todo en Un funeral de muerte, remake a la española del film británico de 2007 Un funeral de locos. Mentira: en realidad, pensándolo un poco, el exceso de claridad que destilan las imágenes de esta película no sorprende en absoluto si tenemos en cuenta que, parapetados tras ellas, se encuentran Bowfinger y Atresmedia. De ahí, claro, la “blancura” de una comedia negra que, dado el acercamiento vitriólico que pretende a la cuestión de la muerte (y a otros “tabúes” como el sexo o las drogas), pedía a gritos un tratamiento visual más “sucio”. Una puesta en escena, en fin, menos formulaica, donde quedase al menos algo de espacio para esas imágenes deformadas propias del esperpento valleinclanesco (en la película original había ojeras, palidez y zonas en sombra). Pese a esta insalvable incoherencia entre fondo y forma, que otorga a la película un aspecto televisivo y deja ya desde el comienzo al descubierto cuánto hay de acartonado en la supuesta incorrección política de la propuesta, esta película coral dirigida por Manuel Gómez Pereira se deja ver. La culpa de ello la tiene su plantel de actores, profesionales con muchas tablas en esto del humor que logran resolver con oficio las situaciones que acontecen delante de la cámara. Otra cosa es preguntarse si trasladar el film genuino al territorio patrio veinte años después de su estreno y trufarlo de chistes escatológicos puramente ibéricos tiene cierta gracia o, por el contrario, acaba oliendo a rancio. Eso ya es cosa de cada uno.
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