Entrevista a Christopher McQuarrie, director de ‘Misión Imposible 7’

Christopher McQuarrie

Por Marco Cacioppo

Para el director Christopher McQuarrie, el cine es una experiencia global que debe enganchar y enriquecer al espectador. Luego, como suele ocurrir, hay películas que enganchan, pero que no aportan demasiado. Y otras que, en cambio, consiguen enriquecer, pero no enganchar. “En el caso de Misión Imposible, nos hemos preguntado constantemente cómo hacer la película de espías ideal para ver con palomitas y, al mismo tiempo, que pueda ofrecer al espectador una experiencia constructiva”, explica McQuarrie, estrecho colaborador de Tom Cruise desde hace 13 años –desde Valkiria a la última Top Gun: Maverick, en la que firmó el guion– y el único que ha dirigido más de una película de la saga Misión Imposible (cuatro, en concreto, contando este capítulo doble final).

La franquicia protagonizada por el agente Ethan Hunt, interpretado por Tom Cruise desde 1996 en el filme dirigido por Brian De Palma, es uno de esos raros casos en los que el arte del cine se pone al servicio del gran público, transmitiendo a los espectadores una experiencia tan emocionalmente intensa, que quieren ver la misma película una y otra vez. Si esta era la receta de los dos capítulos anteriores de Misión Imposible (Nación secreta y Fallout), en la esperada penúltima entrega la encontraremos más perfeccionada todavía. Sentencia mortal llega cinco años después de Fallout, en la que Ethan Hunt tenía por misión salvar el mundo y su propia reputación de la amenaza del grupo terrorista Apóstoles, surgido de las cenizas de la anterior película, Nación secreta (2015).

Ahora, Hunt y su equipo del FMI se embarcan en una peligrosa misión para localizar una devastadora arma que, de caer en las manos equivocadas, supondría una auténtica amenaza para la humanidad. Con el destino del mundo aún en juego, y con la llegada de oscuras fuerzas del pasado de Ethan, arranca una trepidante carrera por todo el planeta, en la que deberá frustrar los planes de un peligroso enemigo llamado Gabriel (Esai Morales), flanqueado, a su vez, por un despiadado asesino.

Además de Ethan Hunt/Tom Cruise, en Sentencia mortal volveremos a tener a un extenso elenco de conocidos personajes, como Luther Stickell, el amigo informático interpretado por Ving Rhames; Benji Dunn (Simon Pegg), el genio de la tecnología; Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), la exagente del MI6 que se unió al equipo en Nación secreta; la traficante de armas Alanna Mitsopolis (Vanessa Kirby) que ya apareció en la anterior entrega; e incluso veremos a Eugene Kittridge (Henry Czerny), el exdirector del FMI de la primera Misión Imposible.

Entre los nuevos fichajes, acompañando a Ethan, está Grace, interpretada por Hayley Atwell y descrita por McQuarrie como “una fuerza destructiva de la naturaleza”. Y del lado de los rivales, Gabriel (Esai Morales, que sustituyó a Nicholas Hoult), en el papel de malo número uno; y a la asesina que persigue a Ethan y a Grace en nombre de Gabriel, a la que da vida Pom Klementieff (Mantis en Guardianes de la galaxia).

La acción es la protagonista

Parte integrante y fundacional de la saga Misión Imposible son las secuencias de acción, que han ido ganando desmesurado protagonismo. “Para nosotros, es como un personaje”, subraya Christopher McQuarrie. “Nuestros personajes van literalmente tomando forma a medida que se desarrolla la acción. Si te fijas, nunca mezclamos la trama con la acción. Los personajes, y, especialmente Ethan, no aprenden mientras transcurre la acción. Lo que Tom hace muy bien con Ethan Hunt, y también ha hecho en el pasado con Bill Cage en Al filo del mañana o en Jerry Maguire, es no tener miedo a mostrar su vulnerabilidad. No es que Ethan Hunt quiera hacer todo lo que se le pide. Él no es el tipo de héroe que se lanza a la acción sin pensar en lo que hace. Porque, en realidad, seguramente preferiría actuar de otro modo, aunque después se vea impulsado a saltar por un sentido del deber”.

El hecho de que Tom Cruise, a sus 60 años, ruede personalmente todas las escenas difíciles, saltos, acrobacias, carreras, ha ayudado a ensalzar la acción de Misión Imposible. Un valor para el filme, pero también un reto para su director. “Normalmente, uno en mi puesto tiene que preocuparse de que el doble en la secuencia de acción pase por el protagonista. En cambio, aquí tienes que pensar en cómo dejar claro que, quien actúa en ese momento, es tu actor protagonista”, explica McQuarrie. “En Sentencia mortal 1 y 2 veremos a Tom protagonizando algunas situaciones realmente extremas que requirieron verdadera ingeniería e incluso un poco de ingenio por parte de todos. El reto es llevar al personaje al límite de sus posibilidades, superándose cada vez con respecto a la toma anterior”.

El rodaje de Sentencia mortal fue más complicado aún que los anteriores, no solo por la acción, sino por la logística de producción. Dividida en dos capítulos (la segunda parte se estrenará el año que viene), las filmaron a la vez y en plena pandemia. Pero quizá, ahora, en retrospectiva, las dos películas se hayan beneficiado de esa complicación y peculiar rodaje. “Tanto la Parte uno como la Parte dos reúnen todas las películas que quería hacer, que soñaba con hacer y que hasta ahora no me habían dejado hacer”, asegura McQuarrie. Como si dijera que, después de todo, nada es imposible.

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