Milena Smit: «El Hoyo 2 es más gore, pero va muy en la línea de la primera película»

Llega a Netflix hoy, 4 de octubre, la secuela de El Hoyo, película que retoma la historia algunos años después de los eventos de la primera película. Una misteriosa figura ha conseguido establecer una nueva ley. Pero ¿se puede imponer la justicia en el infierno? ¿Quién vigilará que se cumpla? A medida que este desconocido líder impone nuevas normas en este infierno, una nueva inquilina se implica en la batalla contra este controvertido método. Pero, cuando alimentarte del plato equivocado se convierte en una sentencia de muerte… ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para derrocar al sistema?

«Vi la primera película al inicio de la pandemia y, como muchos, encontré similitudes con lo que estábamos viviendo en ese momento», comenta Milena Smit, protagonista femenina de la segunda parte. Esta conexión fue clave para aceptar sin dudar la propuesta de unirse a la secuela: «conecté mucho con la crítica social que presenta y con las brutales interpretaciones, especialmente la de Iván Massagué».

La presión de participar en una secuela de una obra tan popular fue un reto importante. La actriz reconoce que sintió una gran responsabilidad al unirse a un proyecto que había impactado tanto al público: «hacer una segunda parte de una película tan mediática da vértigo, y más cuando la primera es tan brillante».

 

Consciente de la expectación generada, Smit se preparó de manera exhaustiva. «Quise estar a la altura. Decidí prepararme muy bien el personaje con mi coach,». Describe el rodaje como una experiencia dura tanto emocional como físicamente, pero afirma que «el resultado mereció la pena».

 

Acerca de su personaje, Smit revela que interpreta a Perempuán, una mujer que se enfrenta a decisiones difíciles y que, a lo largo de la historia, evoluciona de manera significativa. “Es más fuerte de lo que se piensa. Su evolución es catártica y valiente». Aunque la actriz evita ofrecer demasiados detalles para no arruinar las sorpresas, deja entrever que su personaje se verá inmerso en situaciones de gran tensión y peligro.

 

 

El ambiente claustrofóbico del rodaje también influyó en su actuación, un factor que, según Smit, resultó fundamental para darle vida a su personaje. «Tenías la sensación de que no salías del set aunque te fueras a casa», confiesa. Para lidiar con la carga emocional de las escenas intensas, la actriz recurrió a la equinoterapia (una forma de terapia con caballos) como una forma de desconectar y recuperar el equilibrio mental. «Me ayudaba a salir del personaje y volver a estar presente conmigo misma», afirma.

 

Trabajar bajo la dirección de Galder Gaztelu-Urrutia fue una experiencia que valora profundamente. «Galder es una persona muy inteligente, se nota no solo en cómo dirige, sino en cómo mira», señala divertida. Smit destaca la claridad con la que el director aborda cada detalle de la película, lo que le permitió confiar plenamente en su visión a lo largo del complejo proceso de rodaje.

 

Respecto a cómo ve esta segunda entrega, la actriz asegura que «es redonda», y aunque no entra en comparaciones directas con la primera parte, afirma que «veremos más acción y es más gore, pero va muy en la línea de la primera».

 

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