Martín Cuervo (Con quién viajas) dirige a Imanol Arias, Ana Fernández, Aitor Luna y Miquel Fernández en La bandera, una comedia dramática sobre las complejas relaciones entre padres e hijos.
¿Cuál es el germen de La bandera?
Mi productor, Eduardo Campoy, me ofreció este guion pensando que me interesaría. Sabía que, sobre todo durante mi etapa de cortometrajista, estuve muy obsesionado con el tema de las relaciones entre padres e hijos.
¿Y qué te llevó a aceptar el encargo?
Recuerdo que leí el texto por primera vez en un tren y que me emocionó mucho. Me recordó a mis relaciones familiares, y me tocó la patata. Era algo que no me había pasado hasta entonces leyendo un guion.
¿Cómo llegó Imanol Arias al proyecto?
Imanol nos encajaba perfectamente en el papel de padre entre entrañable y distante. Además, ya había trabajado con él en mi primer cortometraje.
¿Y los demás intérpretes?
Con Aitor Luna, Miquel Fernández y Ana Fernández tenía ganas de trabajar desde hacía mucho tiempo, y me pareció que tendrían química en pantalla.
¿Cómo trabajasteis la dirección de actores?
Sin duda, esta es la película que más he ensayado de toda mi carrera. También probé a hacer algo que tenía en mente desde hace tiempo: darle algún secreto a cada actor que el resto desconocía, buscando otorgarle más capas al guion.
¿Apartaron algo los actores a sus personajes?
Los diálogos estaban ya bastante atados. En general, me gusta que no nos salgamos mucho de lo que está escrito. Sin embargo, por ejemplo, Miquel le dio bastante más humor a su personaje del que tenía sobre el papel.
¿Cuál fue la escena más difícil de rodar?
El momento en que Imanol se disfraza… aunque no diré de qué, para evitar spoilers.
¿Y aquella con la que estás más satisfecho?
Me encanta el final.
La mayor parte de la película sucede en espacios interiores. ¿Riesgos y dificultades para el rodaje?
Desarrollar la planificación visual de la película fue complicado: había que lograr mantener enganchado al espectador sin moverse apenas de un par de habitaciones.
Imagino que esto también influyó mucho en el trabajo con los actores.
Totalmente. No era sólo una cuestión de planos y movimientos de cámara, sino que también tenía que ver con el montaje interno, es decir, con el desplazamiento de los personajes en la escena.
¿Referentes cinematográficos?
A nivel temático o de espíritu, te diría Big Fish, de Tim Burton.
¿Y en el plano formal?
En lo relativo a la puesta en imágenes y la estructura, Un dios salvaje, de Roman Polanski, estuvo en nuestra cabeza desde el principio.
En tus películas, trabajas siempre con Iván Valdés en la música y con Pablo Bürmann en la fotografía.
Contrario a lo que suele suceder en el cine, yo trabajo con Bürmann y Valdés desde estadios muy tempranos de la producción de cada proyecto. Meses antes de comenzar a rodar ya estoy bombardeándoles con ideas, imágenes, canciones… todo lo que me inspira.
¿Qué tal el paso por el Festival de Málaga?
El público malagueño fue muy cariñoso. La gente se emocionaba, soltaban carcajadas en momentos donde yo no esperaba que fuesen a reírse… Una gozada.
¿Qué nos puedes contar de tu próxima película, que se estrena en diciembre?
Se titula ¿Quién es quién?, es un remake de una película francesa y la protagonizan Salva Reina y Kira Miró, con quienes ya he trabajado varias veces, en mis anteriores largos Todos lo hacen (2022) y Con quién viajas (2021). Es una comedia familiar muy alocada.