Milena Smith y Hovik Keuchkerian protagonizan la segunda entrega de la aterradora distopía de ciencia ficción El hoyo, que se estrena en Netflix el 4 de octubre. De nuevo bajo la dirección de Galder Gaztelu-Urrutia, la película es una historia de desesperación y supervivencia con la misma crítica social que caracteriza a su predecesora. Lo hablamos con el director.
La secuela del aclamado thriller español El Hoyo (2019), que se convirtió en un fenómeno global, es una de las propuestas más esperadas de la plataforma este otoño. Esta película original sorprendió tanto a la crítica como al público cuando se estrenó en el Festival de Cine de Toronto. Aunque pasó bastante desapercibida en los cines, todo cambió cuando se lanzó a nivel global en Netflix, convirtiéndose rápidamente en una de las más vistas de la plataforma.
Dirigida por el cineasta español Galder Gaztelu-Urrutia, explora un sistema carcelario vertical donde los presos son alimentados a través de una plataforma que desciende de nivel en nivel, simbolizando las profundas desigualdades sociales y el egoísmo humano.
La película no solo destacaba por su potente mensaje sobre la naturaleza del ser humano en situaciones extremas, sino también por su estilo visual minimalista y claustrofóbico, que lograba transmitir la desesperación y el sufrimiento de los personajes. La mezcla de ciencia ficción, horror y crítica social hizo que El Hoyo fuera comparada con clásicos del género como Cube y Snowpiercer, pero con un enfoque único que resonó con la audiencia de manera inmediata.
Aunque la ambientación es la misma, uno de los grandes atractivos de El Hoyo 2 es su nuevo reparto, destacando la incorporación de Milena Smit y Hovik Keuchkerian como protagonistas principales. Esta joven actriz española ha ganado rápidamente reconocimiento gracias a su trabajo en películas como No matarás (2020, junto a Mario Casas y bajo la dirección de David Victori) y Madres paralelas (2021, de Pedro Almodóvar), donde demostró su capacidad para interpretar personajes complejos y emocionalmente intensos. Keuchkerian, por su parte, es un actor, escritor y exboxeador armenio-libanés de nacionalidad española al que recientemente hemos visto en títulos como Reina Roja o Asalto al Banco Central. A nivel internacional es conocido por su participación en La casa de papel.
Gaztelu-Urrutia, responsable de la visión sombría y filosófica de la primera película, regresa como director. Su estilo se caracteriza por una precisión visual y una narrativa que invita a la reflexión. En esta segunda parte, nos promete una expansión de este universo distópico. Lo entrevistamos.
Tras el inesperado éxito de la primera película en Netflix, ¿cómo influyó la respuesta del público en la realización de la secuela?
GU: En mi opinión, el final de la primera película no era tan abierto como se interpretó. Los debates que se plantean dentro del Hoyo, deben zanjarse dentro del Hoyo, ya que en realidad es una analogía del mundo en el que vivimos… y es, al fin y al cabo, donde las personas podemos actuar. Nuestro protagonista, Goreng, tomó unas decisiones y las defendió hasta sus últimas consecuencias. Después, que esos actos repercutieran más allá, creo que es algo secundario. La pregunta fundamental es: ¿qué harías tú en esa situación? ¿Qué harías si te tocara despertar en el nivel 304? ¿Y si despertaras en el 4? Y sí, es cierto que en la primera película quedaron muchas preguntas en el aire que en esta segunda parte hemos querido responder -a nuestra manera-, dejando que cada espectador participe con su punto de vista
¿Qué te inspiró a regresar a este universo y qué podemos esperar de esta secuela?
GU: Cuando empezamos a trabajar en la primera película, no pensamos que podría haber una segunda parte. Y, la verdad… cuando la terminamos, acabamos tan hartos de ella que quisimos alejarnos lo más posible del Centro Vertical de Autogestión. Posteriormente, y con cierta perspectiva, entendimos que la primera historia necesitaba ser completada. Y aquí estamos, expandiendo nuestro pequeño universo, para ofrecer una nueva experiencia inmersiva, con más acción, terror y algún que otro giro inesperado.
La organización del agujero es una poderosa metáfora de las desigualdades sociales. ¿Cómo desarrollaste este tema en El Hoyo 2?
GU: Una estructura vertical en el que las posibilidades de alimentarse disminuyen cuanto más abajo se está, representa muy bien la práctica totalidad de las sociedades actuales y pasadas, por lo que nos sigue funcionando e interesando como escenario principal. El Hoyo 2 muestra nuevos espacios y ofrece respuestas a muchas de las preguntas que quedaron abiertas en la primera parte… Lo que si podemos adelantar es que, inspirados en un enigmático personaje, un grupo de inquilinos se organiza en torno a lo que ellos denominan La Ley… Lo cual, como viene siendo habitual, provoca un movimiento opuesto que desembocará en una nueva polarización extrema.
El reparto de The Hole 2 incluye tanto nuevos talentos como caras conocidas. ¿Qué buscaste en los personajes principales, en particular en el de Milena Smit?
GU: En el caso de esta película, el proceso de casting fue bastante fluido. En cualquier caso, la primera persona en la que pensé aceptó el papel. Vi a Milena en Madres paralelas y me fascinó su naturalidad frente a la cámara. Luego, durante nuestro rodaje, su compromiso fue total. Y esto se puede ver en cada matiz de un personaje muy complejo, en constante conflicto con sus contradicciones. Una vez más, quiero enfatizar lo agradecido que estoy de poder trabajar con profesionales con tanto talento. No puedo estar más agradecido por el enorme trabajo de todo el reparto: Hovik Keuchkerian, Natalia Tena, Óscar Jaenada…
¿Crees que es posible una tercera parte?
GU: Creemos que sí. Nos gustaría seguir haciéndonos preguntas y, finalmente, averiguar por quién, cuándo, dónde y por qué se construyó esta prisión. Pero todo dependerá de la acogida que tenga la nueva película.
Ahora estás inmerso en otra producción, Rich Flu, otra distopía. ¿Qué te atrae de este género y cómo piensas que se relaciona con las historias que quieres contar como cineasta?
GU: Me gustan las paradojas sociales expresadas en contextos fantásticos. Rich Flu trata sobre un misterioso virus que afecta a las personas más ricas y poderosas del mundo. Cuanto más dinero tengas, mayores serán tus posibilidades de morir. Una premisa muy sencilla, narrada a nivel planetario, en una gran producción internacional que rodamos en inglés y que, al fin y al cabo, tiene mucho que ver con las dos partes de The Hole. Las tres películas están conectadas y se complementan.
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