Por María Sanz
A sus 30 años, Juan está a punto de madurar. Y lo va a hacer a lo grande. Justo en el momento en que su mejor amigo se cae desde una azotea y, literalmente, se rompe en pedazos de cerámica al impactar contra un coche. Este dato, anecdótico y llamativo, está inspirado en la película Top Secret! (1984) y les sirve a Burnin’ Percebes como punto de partida para su última película, El fantástico caso del Golem. En ella, la dupla de directores que forman Nando Martínez y Juan González cuentan la historia de alguien que se enfrenta por primera vez solo a la vida. “Cuando alguien sale al mundo por primera vez, de repente descubre relaciones románticas, el sexo, que hay gente muy diferente, que él no es el centro del universo. También tiene que buscarse un trabajo y son muchísimas temáticas que yo creo que engloba todo lo que es un coming-of-age”, explica González.
“Pero, como decimos muchas veces, es un despertar a la edad adulta a una edad más parecida a la realidad o con la que nosotros nos sentimos más identificados que un coming-of-age habitual, que suelen ser en torno a los 14 años descubriendo el sexo; a mí me parece más el coming-of-age cuando a los 30 años dije: ‘Guau, ahora estoy solísimo. Si me arruino, me arruino yo”, matiza Nando Martínez. Al personaje que interpreta Brays Efe la vida siempre le ha tratado bien, y su personaje les sirve a los cineastas para representar a esa generación que ha tenido la posibilidad de llevar una existencia relajada hasta acabar los estudios para poder enfrentarse al mundo con conocimientos ya adquiridos. Y sí, quizá no ha luchado en una guerra o no ha pasado hambre, pero, por banales que parezcan, también tiene algún que otro problema. Todo ello, por supuesto, contado y desarrollado en clave de comedia.
A LO GRANDE
Los Burnin’ Percebes quieren que el público disfrute viendo El fantástico caso del Golem tanto como ellos han disfrutado haciéndola. No es para menos si tenemos en cuenta que estamos hablando de un rodaje en el que les han dejado tirar pianos y muñecos de cerámica desde grúas. “Cinco pianos y dos muñecos”, concretan riéndose y asegurando que echan de menos el rodaje desde el día que se acabó. Martínez y González tenían claro que esta historia tenía que costar dinero, que cuando la hicieran, sería con los medios necesarios para ello. De ahí, que el guion llevara desde 2015 en un cajón.
Por aquel entonces, habían rodado Searching for Meritxell (2014), su primera película, y, a través de Carlos Vermut, que acababa de estrenar también ese año Magical Girl con la productora Aquí y Allí Films, entraron en contacto con su CEO, Pedro Hernández. Él leyó el guion y le gustó, pero no era el momento. Pasaron los años, llegaron otros proyectos y, por fin, sonó el teléfono. “Pedro es el productor que arriesga y apuesta por hacer movidas diferentes. Si no fuera por locos como él, nosotros tampoco podríamos hacer este tipo de cosas”. asegura Martínez. “Es el que nos ha dado la oportunidad de hacer una película con presupuesto grande y nosotros encantadísimos porque todo lo que queríamos y necesitábamos tener en la película ahí lo teníamos”. Desde pianos para tirar al suelo… a actores.
UN ELENCO DE ‘STAR SYSTEM’
Lo de tenerlo todo aplica también a un reparto en el que, además de Bruna Cusí, Javier Botet y Nao Albet, con los que repetían tras La reina de los lagartos, se suman nombres y rostros muy reconocidos en el cine español como el de Brays Efe, Luis Tosar, Tito Valverde, Anna Castillo o Roberto Álamo. “Siempre nos enfrentamos a las películas queriendo no dar por hecho las cosas, intentamos que todo pueda romper patrones. La elección de actores era muy importante porque queríamos que fuera a favor de esta idea de romper con lo que te esperabas y lo que no”, ahonda Martínez.
De ahí, que el protagonista sea un actor como Brays Efe (Paquita Salas) que despliega una masculinidad diferente o que tampoco te veas venir a Luis Tosar en el papel de un padre pijo. “Nos gusta más trabajar con actores y actrices que vengan del drama porque no buscamos el chiste hablado tanto como que la situación sea absurda. Intentamos siempre decirles a los actores que se enfrenten a las escenas como si fuera un drama porque el humor ya saldrá”, reflexiona Martínez.
LO INDIE POR BANDERA
La pareja de directores se identifica con lo indie y es algo que ambos han querido conservar en esta película. De esta forma, en El fantástico caso del Golem uno tiene la sensación de encontrarse en un lienzo que se consigue a base de una estética atemporal, como la que a veces tienen los hermanos Coen, mezclada con elementos pictóricos de Hopper o del Almodóvar de los años 90, de los forillos o las retroproyecciones para las escenas con coches y motos. “La estética se trabajó muchísimo con fotografía, arte y vestuario desde el principio porque hay todo un juego de cromatismos y cartas de color que se identifican con cada personaje y con cada localización. Eso reforzado por la planificación tan estricta que hicimos: está todo muy orquestado, son planos como secuencia la mayoría, hay grúas, hay movimientos muy marcados”, explica Nando Martínez.
Ocurre lo mismo con la música, que atrapa desde el principio. “La trabajamos con Sergio Beltrán, que ya había trabajado con nosotros en la banda sonora de La reina de los lagartos. Le dijimos que nos gustaría que fuera una música estilo Xavier Cugat, una orquestación que se define como orquesta Cubanacán”, describe Juan González. Porque sí, Burnin’ Percebes han hecho una película conservando su esencia. Por eso, no les asusta intentar llegar ahora a un público más amplio y con las reacciones que llegar a más gente pueda suscitar. Al contrario, lo viven con entusiasmo e ilusión. “Quien puede tener miedo de cagarla es alguien reconocido. Pero nosotros no podemos tener miedo porque todo va a ser mejor”, apunta Martínez.
Fotos: Borja B. Hojas (Getty Images)
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