Hablamos con Santiago Segura días antes del estreno de ‘Padre no hay más que uno 4’: «No quiero bajar la calidad”

Santiago Segura

Para Santiago Segura comenzó como un reto: conseguir que niños y padres se lo pasaran bien viendo una misma película. Y ya va por cuatro entregas de la saga Padre no hay más que uno.

Por María Sanz

«A mí, me parece bonito. Es bastante emocionante”, responde Santiago Segura cuando se le comenta que en algunas familias ya es tradición juntarse para ir al cine a ver la película que estrena cada verano. Siempre entre las más taquilleras del año, la de este 2024, Padre no hay más que uno 4: Campanas de boda, suma a su habitual casting (Segura, Toni Acosta, Leo Harlem, Loles León…) cameos como los de Neus Asensi, Antonio de la Torre, Mar Saura o Carlos Iglesias. “Creo que no hemos bajado el listón y ahora es el público el que tiene que decidir”.

Teniendo un público tan exigente como son los niños, ¿cómo encaráis Marta González de Vega y tú el escribir esta cuarta entrega?

La cuarta entrega salió muy fluida porque, cuando tienes una idea base, una ramificación, que fue que a una hija que cumple 18 años le diera por casarse, eso te crea una tensión importante. A veces sufres dándole vueltas, pero fue un parto sin dolor y estoy súper contento de cómo ha quedado la película.

Qué cameos, especialmente la aparición de Neus Asensi. ¿Cómo se ha gestado esta participación?

Neus y yo somos amigos desde hace casi 30 años. Me dieron un Goya por un corto que se llamaba Perturbado y Neus era una de las protagonistas. Siempre ha habido muy buen rollo. Se nos ocurrió este personaje y la llamé para ver si le apetecía, le hizo mucha ilusión y está genial.

¿Cómo se consigue este ritmo de ir a una película por año?

A base de dejarse un poco la salud porque el problema es que yo no quiero bajar la calidad. Por mucho que haya gente que diga que son como churros, yo intento que todas las películas sean divertidas, que aporten, que sean parecidas a las anteriores porque se trata de una saga; pero diferentes, que te sorprendan de alguna forma. Ahora mismo estamos trabajando en el siguiente guion y está siendo muy duro.

Tus películas familiares son todas éxito de taquilla. ¿Qué detectaste para lanzarte a este nicho de mercado?

No es que detecte algo porque yo vaya buscando las carencias del mercado. Eso sería muy frío y calculador. Voy haciendo lo que me va saliendo. Había hecho cinco Torrentes y pensaba que me iban a conocer sólo por hacer

Torrentes. Quise hacer una película para el público femenino, que fue Sin rodeos, con Maribel Verdú, y me di cuenta de lo divertido que era hacer comedia para un público diferente al que yo estaba habituado. Al ser padre y tener dos hijas, pensé que podía hacer una película que pudiera ir a ver con mis hijas.

Estás escribiendo la nueva entrega de Torrente en un momento en el que puede haber más de uno que comulgue con el personaje.

Con el primer Torrente, había gente debatiendo si eso era una crítica o una apología. Yo creo que es algo tan obvio y tan claro que dije que yo podía hacer películas de entretenimiento y que pueden tener su mensaje, pero no puedo ir casa por casa diciéndole a la gente: esto es una crítica a este tipo de actitudes. Mis hijas no han visto mis películas, pero porque creo que son para gente con 18 años. Si eres mayor de edad, ves Torrente y piensas que es una apología, es que te falta un hervor.

Da la sensación de que eres muy libre en tus procesos creativos, que conectas con el público y acabas siendo muy comercial, algo de lo que sacas pecho.

Lo de la libertad y lo de que conecte con el público, a lo mejor tiene que ver con eso. Spielberg comentaba que él tenía la suerte de que su gusto era, entre comillas, vulgar y que lo que hacía él les gustaba a millones de personas. Imagínate que lo que me gustara fuera hacer cosas muy particulares y que sólo cogieran en un festival de Polonia. Eso me parece muy respetable. Por eso, yo tengo la suerte de que lo que a mí me gusta, que es hacer películas disfrutables por el gran público, me esté saliendo hasta ahora. Toco madera cada día que me levanto por la mañana porque es maravilloso encontrar tanta gente que disfrute con tus paridas.

También hay quien las critica. ¿Cómo te llevas con las redes sociales?

Las redes son una especie de ejercicio para soltar bilis de gente: te pones un pseudónimo y puedes insultar a quien quieras impunemente. Me sorprende porque sigo picando. Pensé en poner el cartel de la cuarta película, anunciando que se estrena el 18 de julio. Tú, una película, que es tan sencillo como no hacerla caso, no ir a verla. Me hace gracia que gente que no haya visto ninguna de la saga de Padre no hay más que uno se atreva a decir que “vaya mierda”, con un desprecio que dices: “¿Qué te ha hecho la película?”.

Además, siempre las mismas tonterías de “no hagas estas mierdas con mi dinero”. Pero vamos a ver: “Anormal, infórmate un poco, que esta película no ha sido subvencionada”. Como salió aquella cosa de que el cine estaba subvencionado, cuando en los Goya nos manifestamos en contra de la guerra, hubo una especie de campaña de difamación de que sólo vivíamos de las subvenciones los cineastas, cuando realmente las empresas automovilísticas, los periódicos… Todos están subvencionados.

Fotos Pablo Cuadra

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