Ioana Bugarin (Rumanía, 1996) me responde al teléfono desde Bucarest. Le ha costado un poco hacernos un hueco porque se encuentra allí trabajando en el teatro. Aun así, cuando le explico que será una charla larga porque queremos conocerla a fondo después de su brillante papel en Hamburgo, el primero en nuestro país, no pone problemas, pero me advierte de que está algo insegura con el idioma. Me hacen falta dos preguntas para corroborar que nada más lejos de la realidad, a Ioana se le entiende perfectamente en español, y a lo largo de esta entrevista descubriremos que también en francés, alemán y por supuesto, en rumano. Allí ya cuenta con una consolidada carrera que la ha traído ahora hasta aquí.
Aunque su primer contacto con la interpretación fue en su país, su camino terminó de definirse en Londres donde estudió arte dramático un año: “Puedo decir que allí aprendí todo lo que sé y la mayoría de herramientas que utilizo como actriz a día de hoy”.
Al volver, terminó sus estudios de interpretación en la universidad y pronto la contrataron en el teatro Odeón de Bucarest. Sobre las tablas ha consolidado una larga carrera que poco a poco se ha ido llenando de títulos populares en el cine y la televisión de Rumanía y han pasado por festivales como Venecia, Varsovia o Nueva York. Para conocerla mejor a través de su filmografía, Bugarin nos recomienda algunos títulos: “Todas las películas han sido importantes en mi carrera, pero te diría un par: Milagro (Bogdan George Apetri, 2021) es muy buena y la disfruté mucho, y antes, en 2020, vino Mia Misses Her Revenge (Bogdan Theodor Olteanu), que hicimos casi sin dinero”.
Ella no lo menciona, pero ambas le valieron una nominación a los Gopo Award, los premios nacionales de cine rumanos, y no era la primera vez, Bugarin ha sido candidata en tres ocasiones, porque, aunque para nosotros es una cara nueva, en Rumanía es un rostro muy conocido por el público, de hecho, esa popularidad en su país, sumada a un par de casualidades es lo que la ha llevado a coprotagonizar Hamburgo, su primera inmersión en el cine español. “En Rumanía no tengo representante, la industria es mucho más pequeña y funciona de forma diferente”, revela. “El papel me llegó porque en la película hay dos personajes rumanos así que en el proyecto estaba implicado un director de casting de mi país, él ya me conocía por mi trabajo y me propuso venir a hacer la prueba”.
‘HAMBURGO’, UN SALTO A LO DESCONOCIDO
Y eso hizo. Se presentó en España casi sin hablar el idioma. “Sólo entendía un poco porque vi muchas telenovelas con mi abuela en Rumanía”, confiesa. Tampoco conocía a su protagonista. Aunque a nosotros nos parezca increíble, las barreras geográficas son de ida y vuelta y Ioana nunca había oído hablar de Jaime Lorente. “Vi La casa de papel después de conocerle y antes de rodar con él. Encontré a un hombre muy generoso y maravilloso. Yo no hablaba bien español y tuvo mucha paciencia con mi ritmo”, cuenta Bugarin. “Juntos hemos creado a dos personajes con ciertos paralelismos. Los dos buscan una salida, esperanza y libertad. Me ha inspirado mucho”. De hecho, ahora ambos comparten representante en España.
En Hamburgo, Lorente interpreta a Germán, el encargado del traslado de mujeres que trabajan como esclavas en clubes de alterne en la Costa del Sol. Una de esas mujeres es Alina, interpretada por Bugarin. Ambos comparten la desesperación por atrapar la que podría ser su única oportunidad de dejar todo eso atrás: “Mi personaje es captada por una dinámica muy común en estos casos, se enamora de un hombre que la acaba prostituyendo con la promesa de una vida mejor. Alina, se queda atrapada en ese mundo y se da cuenta de que ha perdido su libertad”, dice.
“No hay palabras suficientes para describir la intensa experiencia que ha sido para mí esta película, que me ha enfrentado a tanto dolor y desesperación”, así recuerda Ioana este proyecto en su cuenta de Instagram. Ahora, nos cuenta lo chocante que fue para ella enfrentarse al proceso de documentación. “Hablé con mujeres que habían sido víctimas del tráfico, psicólogas y supervivientes”, explica. “Para mí, como feminista, ha sido difícil ver que todas esas vidas destruidas por el tráfico están tan cerca y la gente ni lo sabe. También he llegado a la conclusión de que es un problema de clase. La mayoría de las víctimas vienen de familias con muy poco dinero. He aprendido mucho sobre mis límites emocionales, pero también sobre la solidaridad femenina que rodea a este mundo”.
ESPAÑA A TRAVÉS DE ERICE
A estas alturas ya os estaréis preguntando cómo Ioana Bugarin ha coprotagonizado una película española sin hablar español: “Empecé aprendiéndolo fonéticamente, pero viviendo en Madrid durante el rodaje aprendí mucho, tenemos raíces latinas así que no es tan difícil. Luego he seguido trabajando con una maestra”.
Aunque el idioma aún se le escapaba, este no ha sido el primer contacto con nuestra cultura, que conoció a través de las películas de Almodóvar. También ha visto todas las de Víctor Erice. “Cuando visité Madrid quedé fascinada por los museos y la cultura, pero también pensé que ahí la gente sabía hacer una fiesta”, dice divertida. “Recuerdo que me dije que me gustaría volver algún día y luego vino este papel. He estado dos meses y medio rodando en Madrid, viviendo cerca de Rubén Darío, he caminado mucho por las calles y me enamoré de la ciudad, me quedo con el Parque del Oeste y La Latina”.
Su carrera en España acaba de empezar, pero no su trayectoria internacional. Este año también ha rodado una coproducción franco alemana. Su facilidad para aprender idiomas viene desde la infancia y la ha llevado a descubrirse de diferentes maneras: “Me enviaron a una escuela alemana cuando era muy pequeña, fue muy duro, pero ahora me fascina aprender idiomas, tengo la sensación de que mi personalidad cambia con la lengua y es muy interesante, por eso he seguido con el español”.
Aunque aún no puede revelarnos ningún proyecto, espera poder volver a trabajar en España y ha decidido seguir preparándose y empapándose de nuestro panorama audiovisual. A Almodóvar y Erice le han seguido los Javis: “Rodando hice muy buena relación con Roger Casamajor (interpreta a un buen amigo del protagonista), así que a través de él vi La Mesías y quedé impresionada, no me podía creer que esta fuera la televisión que se hacía en España”.
‘AQUÍ NUNCA MUERE NADIE’
Actualmente, Iona Bugarin trabaja en su segunda colaboración con Bogdan Theodor Olteanu, esta vez en el Teatrul Metropolis de Bucarest, donde representan la obra Aquí nunca muere nadie, un relato distópico contemporáneo sobre la crisis climática en Rumanía, una crítica social sobre la tragedia que supondría el ascenso de la extrema derecha, que ya avanza con fuerza en el país. “Siento miedo”, admite. “En los últimos años habíamos tenido problemas económicos en la cultura, pero ahora es un momento histórico importante en el que podemos elegir el futuro de Rumanía. Es la primera vez que vivo con ansiedad política porque no quiero imaginarme un mundo donde el discurso público podría estar limitado”.
Fotos: Getty Images
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