Tras La Sirenita, El Rey León y su precuela Mufasa, Disney ya tiene lista una nueva película con la que continuar la operación de dar nueva vida a algunos de sus títulos animados transformándolos en películas de acción real o, como en este caso, en técnica mixta. Lilo y Stitch se estrenó por primera vez en los cines en 2002 y, aunque en comparación con otros clásicos de Mickey Mouse, no está entre los más exitosos en taquilla a lo largo de estas dos décadas ha encontrado un bonito hueco como película de culto entre los más jóvenes (y no tan jóvenes) y prueba de ello es el considerable número de secuelas, spin-offs y series de televisión creados a su alrededor.
Y esta película de acción real y animación, dirigida por Dean Fleischer Camp que se estrena ahora. Lilo y Stitch es (y era) la historia de una pequeña huérfana hawaiana (Lilo), criada por su hermana mayor, que adopta a un curioso y travieso perrito. El cachorro, al que bautizan Stitch, resulta ser un extraterrestre modificado genéticamente y enviado a la Tierra con un propósito nada pacífico, al menos según las intenciones de su creador, la entidad extraterrestre Jumba Jookiba que viaja también a nuestro planeta a recuperar a su hijo y seguir con la misión destructora.
Manteniendo la misma historia que el filme animado, Lilo y Stitch mezcla animación con acción real. Es decir, dibujos con actores de carne y hueso entre los que están la joven Maia Kealoha como Lilo, Sydney Elizebeth Agudong como su hermana Nani y Kaipot Dudoit como el amigo surfista de Nani, David Kawena. Junto al trío protagonista, están Billy Magnussen (Aladdin) como el agente intergaláctico Pleakley, Courtney B. Vance (La caza del Octubre rojo) como un agente federal encargado de capturar a Stitch; Hannah Waddingham (Ted Lasso) como la líder de la Federación Intergaláctica, y Zach Galifianakis como el científico loco y espacial, que se disfraza de humano para moverse por la Tierra.
Al frente del filme está Dean Fleischer-Camp, experto en mezclar animación (en este caso digital) y actores reales como demostró en su sorprendente y nominada al Oscar Marcel, la concha con zapatos (2021). Entre sus retos estaba el de mantenerse fiel al original, llenarlo de guiños y homenajes, pero actualizándolo. “Hace más de dos décadas, así que cabe esperar algunas novedades para el espectador de hoy”, asegura Galifianakis. El actor y el director, curiosamente, habían trabajado juntos más de 10 años atrás en el cortometraje, Smile. Con el protagonista de la saga Resacón en Las Vegas y cómico venerado por su programa (y película) Between Two Ferns, tuvimos un rato para charlar e intentar sacarle toda la información posible de uno de los grandes estrenos de la temporada.
Para empezar, ¿qué puedes contarnos de la historia desde el punto de vista de tu personaje?
Tengo que tener mucho cuidado con lo que digo. Si revelo más de lo debido, me arriesgo a que me deporten inmediatamente [risas]. Pero puedo decir que se han realizado algunos cambios en el plan inicial de Jumba Jookiba, el científico loco Kweltikwan al que interpreto, responsable de crear el Experimento 626, es decir, Stitch. Por ejemplo, en la película animada, Jumba llevaba un disfraz muy feo y rudimentario para intentar pasar desapercibido como humano.
Sin embargo, en esta nueva versión, se utiliza una tecnología de camuflaje para ocultar mejor su identidad cuando está en la Tierra.
¿Qué recuerdos tienes de la película original? ¿Ya te podías imaginar interpretando a Jumba?
Para ser sincero, no estaba familiarizado con la película original, no la había visto y cuando me ofrecieron el proyecto tuve que verla para entender qué estaba pasando. Pero como a Dean le conocía desde hace años y no hace nada malo, me pareció un proyecto divertido.
¿Te ofrecieron el papel de Jumba desde el principio?
No, de hecho, cuando Dean me llamó me ofreció interpretar a Pleakley, que es el ex teniente de la Federación Galáctica, autoproclamado “experto en la Tierra”. Pero luego, por alguna razón, cambiaron de opinión y me ofrecieron al científico loco y me pareció bien… Ya veremos si lo he hecho bien o no [risas]. Los fans de Lilo y Stitch son muy fieles y enérgicos.
¿Se enfadarán cuando la vean o les gustará?
Dean es un gran fan de la película, la ha hecho desde el corazón, yo aún no la he visto, y en este caso, además, es más difícil aún decir nada porque hay como un vacío… Ruedas tu parte y construyen encima de lo que has hecho con la animación, a otra parte le pones la voz… Y las reglas son que no puedes improvisar, precisamente por este proceso… Pero sé que Dean quería asegurarse de que fuera un homenaje a la original.
Estoy juzgando por el tráiler, pero creo que parece prometedor. Mi sensación es que la gente estará muy contenta con el filme… aunque debo decir, supongo que es porque es Disney, pero hay fans muy testarudos [risas].
¿Qué tipo de personaje es tu Jumba?
Es un científico loco. Sus habilidades sociales, como las de muchos genios, no son muy buenas, es cierto, pero tiene las cualidades para construir cosas caóticas y grandiosas. La principal diferencia, la más significativa, es que ahora puedes ver a Jumba en forma humana, ya que tiene que descubrir cómo transformarse en la Tierra disfrazado y mimetizarse con los humanos.
¿Qué te gustaría hacer con Stitch, después de crearlo?
Realmente no sé cuáles eran sus planes cuando se fue. Quiero decir, supongo que el objetivo principal era la destrucción total, destruir todo. Aunque me doy cuenta de que, como concepto, es un poco vago. No sé, creo que más que nada a Jumba le interesaba causar caos, crear algo propio para poder tener más control. Pero entonces algo se salió de control, como en el caso del 626. Es un poco como si, después de crearlo, no supiera cómo manejarlo.
La fina línea entre la genialidad y la locura.
Jumba es un genio arrogante, sin duda. No sé cómo de genio es… Sí, inventó esta cosa, Stitch, pero él es un desastre. Y eso es interesante de interpretar también.
Es curioso porque cuando interpreto el personaje real soy alguien distinto, tuve que meter la energía de Jumba en mi cuerpo… espero que a la gente le guste. No sé, a veces estás tan contento y luego vienen los críticos y dicen: “No sabía lo que estaba haciendo”.
La última vez, cuando protagonizaste La fiebre de los peluches Beanie (2023), dijiste que aquel era un papel completamente distinto a lo que estabas acostumbrado y que esperabas que te abriera otra puerta en tu carrera. ¿Ha sido así? ¿Parece que vas a rodar con Olivier Assayas?
No, no, no. No sé de dónde ha salido eso, pero ya me lo ha dicho más gente. No es verdad. No creas todo lo que ves en internet [risas]. En serio, volviendo a Beanie… yo nunca he tenido mucha confianza en mi trabajo, en lo que hago, así que cuando te piden que hagas algo diferente, a lo que no estás acostumbrado, desconfías más aún. Les pedí a aquellos directores que eligieran a otro intérprete, pero insistieron y estoy orgulloso de la película. Yo sé que no he llevado el camino habitual de muchos actores y quizá por eso mi nivel de confianza no está donde debería estar, pero estoy satisfecho ahora mismo.
¿Buscas más papeles dramáticos ahora entonces?
No sé… Odio decir esto, pero el drama es más fácil. Sí, lo es. La comedia es más difícil. La gente piensa que es fácil porque va rodeada de risas, pero es muy complicada y cuando eres un actor de comedia de 55 años crees que todos tus trucos se han acabado… así que sí, si alguien me quiere ofrecer papeles dramáticos, adelante, estoy interesado en ellos… incluso si son más fáciles [risas].