Mario Ermito y Gabriela Andrada protagonizan Pídeme lo que quieras, la película erótica basada en el bestseller de Megan Maxwell que lucha contra los prejuicios de su género con clase y elegancia.
Por Enid Román Almansa
Pídeme lo que quieras es una película erótica. “Romántica, sí, pero erótica”, afirma Mario Ermito (Un cuento perfecto, Élite), protagonista del filme junto a Gabriela Andrada (Los Protegidos: A.D.N., Culpa tuya). “La gente trata el tema del Eros como un tabú. ¿Por qué? Es una cosa natural que hacemos todos. Todo el mundo lo hace, pero la gente tiene pudor”. Y mientras habla con su inconfundible acento italiano nos damos cuenta de que el cine también debería hacerse la misma pregunta. “Desde Cincuenta sombras de Grey y, antes, 9 semanas y media, hace años que no salen proyectos así en la gran pantalla”. Y qué poco sentido tiene eso, si nos paramos a pensar, cuando otras formas de arte tratan el sexo como motivo natural de interés. Nos referimos a la literatura, claro, y este proyecto sabe mucho de eso.
La industria cinematográfica todavía no lo habrá asimilado, pero los libros hace tiempo que entendieron que a la gente le gusta leer historias románticas con sexo. Si no fuese así, la novela homónima de la autora española Megan Maxwell en la que está basada esta película no se habría convertido en un superventas nada más tocar las librerías en 2012 ni se habría acabado transformando en una rentable y boyante saga de libros (que ya va por los ocho libros en total).
Intensa, sexy y romántica, así la ha querido llevar ahora al cine su directora, Lucía Alemany (14 años y un día, Mari(dos)), quien coge este proyecto sabiendo que se enfrenta a complicaciones que nada tienen que ver con ser más o menos explícitos en pantalla, sino con estar a la altura de las altas expectativas de los fans literarios. En este sentido, Andrada, fan incondicional de las adaptaciones, espera que los seguidores perdonen algunos de los cambios que, como cualquier película de este tipo, deben hacerse para que el resultado final funcione. “Me gustaría que los lectores estuvieran abiertos a dejarse sorprender un poquito y no a buscar algo que ya tienen, sino a encontrar cómo se trasladan las palabras a los sentidos y la imagen”.
Pero tranquilos, ello no quiere decir que esta no sea la historia de Maxwell. “Yo creo que hemos sido muy fieles, pero el resultado nunca va a ser el mismo y no por ello va a ser peor, ni mucho menos”.
ERIC Y JUDITH
Encontrar a Eric fue lo primero y, aunque no lo hablaron nunca entre ellas, tanto Maxwell como la directora de casting Cristina Perales tenían en mente a la misma persona. “[Maxwell] estaba viendo la serie Un cuento perfecto, que hice hace unos años, y su hija le dijo: ‘Ese chico sería perfecto para Eric’. Y no sabía que, en el mismo momento, Cristina también vio la serie y me contactó”, recuerda el actor. Pero dar vida a Eric no es sólo tener el físico adecuado, ponerse un traje y pasearse.
“Al principio, Eric tiene cosas muy diferentes a mí, yo no actuaría así”. Por ello, para el intérprete fue importante contar con la presencia de la que él llama su “madre literaria”, quien le recomendó que se leyera Yo soy Eric Zimmerman, que está escrito desde su punto de vista: “Yo quería saber por qué mi personaje se movía de una manera y respondía de otra. Quería entrar en él y entenderle 360 grados”.
“Sólo” quedaba, pues, el tema del alemán tan criticado en internet cuando se estrenó el tráiler. “Yo sólo digo tres palabras en el tráiler y me pregunto: ¿toda esa gente sabe cómo un alemán habla en español? Porque yo sí, porque lo he estudiado durante meses con un coach”, explica. “Pero yo me quedo con lo bonito de la gente que nos está apoyando y que quiere ver la peli”. Y a los que se quejan, simplemente decirles que “¡Megan dio el okay!”.
Con Andrada, el flechazo también fue instantáneo. “Gabriela bajó la escalera, llegó corriendo, miré a la directora y le dije: ¡Es Judith! ¡Es ella! Había una magia entre nosotros que se veía en la pantalla”, afirma Ermito.
Sin embargo, la actriz recuerda aquel encuentro un poco diferente. “Le dije que estaba harta de los italianos”, explica riendo. “¡No sé por qué le dije eso! Los nervios, supongo. No fue muy sensato por mi parte. Para dejar ahí un buen caldo de confianza, primero me cago en su estirpe”, dice arrepentida. Como no podía ser de otra manera, la relación sólo fue a mejor después de aquello.
Cuando el tráiler se estrenó, ella no tuvo que enfrentarse a las críticas, pero sí a su propia imagen. “Soy mi peor enemiga. Aunque esté muy orgullosa de lo que ha salido, siempre que me veo lo paso muy mal”, declara la actriz, a quien le costó mucho decidirse por esta profesión debido a su poco afán de ser el centro de atención. “A veces me daba miedo no estar a flor de piel, pero fue todo tan intenso y estaba tan cansada que me pinzabas y lloraba, y eso fue estupendo, porque a partir del agotamiento sale lo más sincero”.
UNA MIRADA FEMENINA
Superados los miedos, los nervios y las primeras impresiones, quedaba explotar esa química entre los protagonistas. Y dónde Eros está presente, también lo está la coordinadora de intimidad. “Hicimos ejercicios para buscar la tranquilidad entre nosotros. Luego, en el set, cada secuencia es como una coreografía de baile”, explica Ermito. “No queríamos hacer una película guarra”, añade Andrada. “Esta es una película personal con algunas partes más explícitas que otras”.
Pero, ¿cómo se consigue pasar de lo vasto a la elegancia? “Yo vengo de una familia de mujeres y creo que en este proyecto ha servido muchísimo que la directora sea una mujer. Todo está hecho de una manera tan romántica y elegante… No sé cómo explicarte. Fue como magia porque en ningún momento se ve un punto de vista machista de mi personaje”, comenta el actor, a lo que le sigue Andrada: “El mundo de Eric es sugerente, es emocionante y es retador… No podía ser un ‘metesaca”.
Además, la película lucha también contra la sexualización en un único sentido. “Hay una escena en la que pienso mucho cuando reflexiono sobre la mirada femenina. Es de una película de Claire Denis en la que aparece Vincent Lindon arreglando una bicicleta”, dice la actriz sobre Fuego (2022). “La protagonista le mira y es un plano de su espalda moviéndose. Es extremadamente sexy, mucho más sexy que cualquier polvo que nos hayan mostrado en el resto de la película, porque es lo que una mujer encuentra atractivo”, analiza. “Creo que en Pídeme lo que quieras Lucía se esmera mucho en buscar estas pequeñas cosas que son las que componen la imagen del erotismo y que no es sólo un cuerpo desnudo. He visto a tantas mujeres semidesnudas en momentos que no hacía falta que me encanta que me desnuden a Mario. Los hombres también pueden ser atractivos cuando no están directamente follando o peleando”, reivindica la joven.
“Yo también estoy sexualizada, claramente, porque soy el objeto de deseo de ese hombre, pero de una manera bonita, de la manera en la que a las mujeres nos gustaría sentirnos atractivas”.
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