Josep Maria Pou encarna a Jordi Pujol en Parenostre, de Manuel Huerga, la crónica de una caída a los infiernos, que destruyó su enorme legado sociopolítico.
En verano de 2014, un terremoto sacudió los cimientos de la política catalana. La sombra de la corrupción alcanzaba a quien había sido President de la Generalitat durante 23 años. El dinero de una supuesta herencia del abuelo Florenci, depositado en una cuenta de un banco andorrano y sin declarar a Hacienda, abría una caja de los truenos que incluía varios elementos clave: la identidad casi mesiánica de un Jordi Pujol que se sentía imprescindible y equiparaba su persona a Cataluña, la corrupción sistémica en la política catalana y española; la actuación de las cloacas del estado, o el arranque de un Procés que marcaría a la sociedad de nuestro país durante más de un lustro.
¿DE QUÉ VA ‘PARENOSTRE’?
“Parenostre no es un biopic. Ni una justificación, ni un juicio sumarísimo. Intenta explicar una personalidad compleja a partir de una situación crucial”, explica Toni Soler, guionista de la película y comunicador conocidísimo en Cataluña, gracias a programas televisivos como Polònia o Està passant.
Soler continúa: “Cuando la sombra de la corrupción y el escándalo cae sobre Pujol, él es una figura respetada que mantiene su prestigio de gobernante, el carisma del líder y el respeto del antiguo luchador represaliado por el franquismo. Desde su confesión, su figura se ensucia: aparece la ambición desenfrenada, el hombre corrupto, el padre permisivo, la persona que ha confundido su destino con el de su país. Pero todos estos perfiles, buenos y malos, forman parte del personaje”.
¿QUIÉN DIRIGE ‘PARENOSTRE’?
Retorno a la gran pantalla de Manuel Huerga (Salvador (Puig Antich)), Parenostre pone el foco en los vínculos familiares de un Pujol que miró hacia otro lado ante los movimientos sospechosos de sus hijos hasta que fue demasiado tarde. En un momento de Parenostre, a punto de que se publique la noticia que pondrá patas arriba el legado sociopolítico del President, su esposa le dice: “La gente sabrá juzgarte, gracias por proteger a nuestros hijos”.
JOSEP MARIA POU COMO JORDI PUJOL
Esa es la gran cuestión sobre la que gira un filme que toma enormes riesgos formales: por un lado, es la primera película europea filmada íntegramente en un plató utilizando producción virtual, combinando tecnología croma y LED, y ese es un aspecto con sus pros y sus contras. Por otro, pide, cuanto menos, un salto de fe a un espectador que debe ver a Pujol con el imponente físico de Josep Maria Pou.
Le acompañan nombres relevantes del audiovisual y el teatro catalán: Carme Sansa, Pere Arquillué, David Selvas, Sílvia Abril o Lluís Soler.
Y cuenta también con Alberto San Juan (como Juan Carlos I) y Antonio Dechent (el comisario Villarejo).
Remata Toni Soler: “Me pregunto cómo alguien preocupado por la posteridad permitió que un dinero en Andorra y las presuntas actividades corruptas de sus hijos y acólitos pusieran en peligro su legado. Como en muchos otros casos, una vez que el poder se da por supuesto, la soberbia aparece automáticamente y nubla la percepción de la realidad”.