La escritora y guionista Jimina Sabadú debuta en el largometraje con Anatema: posesiones sobrenaturales y exorcismos dentro del sello The Fear Collection.
Por Pelayo Sánchez
¿Cuál es la semilla de Anatema?
El guion es de Elio Quiroga, escritor y amigo con el que quería trabajar desde hace mucho tiempo. Yo le añadí a su propuesta algunos elementos que siempre me han interesado, y lo presentamos juntos a Pokeepsie Films [la productora de Álex De la Iglesia y Carolina Bang]. Pensé que no entraría, pero el proyecto interesó.
¿Cuáles fueron esas aportaciones personales? Sobre todo, tenían que ver con las historias y las leyendas de Madrid. También con cositas más frikis relacionadas con temas religiosos.
Imagino que esto implicaría un arduo proceso de documentación.
Arduo no, aunque sí largo. Sin embargo, es una de las partes qué más he disfrutado de hacer la película.
Hacer la película ha sido, entonces, un proceso nutritivo y de conocimiento.
Mucho. De hecho, de tanto investigar, me he acabado aficionando mucho a cosas que nunca antes pensé que podrían interesarme. Si mi carrera en el cine no funciona, siempre me puedo convertir en guía turística y hacer free tours por Madrid [risas].
Ya en el plano cinematográfico, ¿qué influencias manejaste?
En mi cabeza siempre han estado cineastas de los 70 como Nicolas Roeg, o la primera entrega de la saga Hellraiser.
¿Y del subgénero de posesiones y exorcismos?
Bueno, claro: El exorcista es una referencia de la que no es posible escapar, por obvia que pueda parecer.
¿Cuáles han sido los retos de debutar en el largometraje?
Tomar muchas decisiones que nunca antes había tenido que enfrentar al ponerme detrás de una cámara. También manejar un equipo humano grande.
¿Cómo ha sido formar parte de The Fear Collection?
Inicialmente, me daba cierto vértigo: las dos primeras películas del sello las dirigen Álex de la Iglesia y Jaume Balaguero, cineastas de prestigio. A su lado, yo no era nadie.
¿Cómo llegó Leonor Watling a la película?
Cuando le enviamos el guión, sinceramente pensé que no le interesaría. Pero me dijo que sí: tenía ganas de hacer terror.
¿Y Jaime Ordóñez, Pablo Derqui y Keren Hapuc, los coprotagonistas?
Keren debuta en esta película, y Pablo Derqui fue una opción bastante clara desde el principio (además, tiene muy buena relación con Leonor). Jaime Ordóñez tuvo que convencerme.
¿No pensabas que Jaime fuese a encajar en su papel?
Me imaginaba a un hombre más viejo. Pero Jaime estuvo enseñándome toda una lista de actores que habían interpretado a personajes mayores teniendo menos edad, y me convenció.
¿Aportaron los actores algo a sus personajes?
Sí. Jaime, por ejemplo, escribió un documento larguísimo, hizo entrevistas que pudiesen añadirle profundidad al personaje, investigó sobre exorcismos… Es un tío muy currante.
¿Y cómo fue el proceso de dirección de actores?
Más corto de lo que me hubiese gustado, la verdad. Pero así lo exigen muchas veces el calendario y el proceso de producción.
¿Alguna anécdota del rodaje?
Jaime se curró tanto su papel que hizo un exorcismo entero. Sin embargo, la secuencia quedaba muy larga, así que por desgracia tuvimos que acortarla en montaje.
¿De qué parte de la película estás más orgullosa?
Del hecho de que el resultado final se parezca bastante a la película que yo quería hacer.
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