Una comunidad de vecinos se reúne para hablar sobre el cambio de ascensor y acaba votando a mano alzada la entrada de un nuevo inquilino con problemas de salud mental. La nueva comedia de Santiago Requejo interpela directamente al espectador: Y tú, ¿levantarías la mano? Con un reparto estelar compuesto por Clara Lago, Tito Valverde, Gonzalo de Castro, Raúl Fernández, Neus Sanz, Cristian Checa y Charo Reina, el director y guionista Santiago Requejo plantea una situación que podría parecer, paradójicamente, una locura, pero lamentablemente Votemos nace de una historia real que él ha convertido en una comedia dramática a la altura del debate social. “Todo surge antes de empezar con el cortometraje original (Votamos). A través de un psiquiatra, conocí la historia de una madrileña con problemas de salud mental y una vida totalmente integrada. Había apalabrado un piso y el propietario se echó para atrás por el rechazo de los vecinos. Me pareció denigrante”, explica.
La película interpela directamente al espectador lanzando una pregunta muy clara: ¿serías de los que levantan la mano para prohibir la entrada a este nuevo vecino? Piénsalo bien antes de responder, porque el propio Requejo reconoce que se sorprendió a sí mismo: “Sufrí un proceso de conversión. Cuando escucho esta historia no entiendo cómo unos vecinos pueden hacer eso, estamos hablando del derecho a tener un techo, me rasgaba las vestiduras, pero luego me dejó en shock darme cuenta de que quizá yo habría actuado igual. Ahí nace mi curiosidad de por qué ese rechazo y empecé un proceso de conocer a enfermos y profesionales. Entiendo que mi percepción estaba llena de prejuicios y ese es el detonante para la peli”.
Votemos es la adaptación de su multipremiado cortometraje Votamos (2021). Tuvo tanto éxito que acabó convirtiéndolo en una obra de teatro que, por ahora, no se ha podido ver en España, pero sí se estrenó en Argentina. El paso al largometraje suponía volver a adaptar y trabajar la historia de otra manera. “Cuando estrenamos la obra en Buenos Aires, la adaptamos de manera local a la idiosincrasia del más puro argentino, fue un hándicap, y los diálogos sobre las tablas se plantean de forma más caricaturizada”, cuenta.
“La película, en cambio, buscaba algo más real, que pudieras identificar a los personajes y pensaras en gente que pudieras conocer”. El cortometraje fue un ejercicio de virtuosismo rodado en plano secuencia, algo que se descartó enseguida para la película, aunque sí que mantiene otros elementos como la localización única e incluso repiten algunos nombres del reparto: Neus Sanz, Charo Reina y Raúl Fernández. Para el resto no hubo casting.
“Quería que funcionaran como un coro y representaran los diferentes colores de la sociedad, que todos pensaran en alguien con cada personaje”, explica Requejo. “Los que pude mantener los mantuve y luego ampliamos elenco. El proceso de ensayo ha sido lo más importante. Quería descubrir la película en el set, a partir del texto aprendido trabajamos con todos los actores la puesta en escena, trabajamos hasta cinco horas sin cámaras cada día”.
Desde Votamos, que duraba sólo 12 minutos, pasando por la obra de teatro hasta ver la historia convertida en el largometraje Votemos, el proyecto ha ido mutando, adaptándose y evolucionando, pero, ¿lo ha hecho la sociedad frente a las personas con problemas de salud mental? “En 2021 había mucho más estigma. Recuerdo que fue cuando Simone Biles se retiró de los Juegos Olímpicos y se abrió la caja de pandora”, responde el director. “Pero hay otra cosa muy peligrosa, el autoestigma, las personas aún temen revelar su condición”.
Requejo cree que aún hay mucho por hacer porque ese salón de una comunidad cualquiera de Madrid funciona como una pequeña muestra demográfica de opiniones, problemáticas y formas de actuar que él mismo testeó con conocidos antes de escribir. Una de las preguntas que presenta la película a través de uno de sus personajes es si hablaríamos igual con el afectado delante.
“Cuando planteas el dilema en público, las opiniones son más políticamente correctas que cuando lo planteas de uno a uno”, expone el director. “No era mi idea plantear eso, pero es una consecuencia y en mi experiencia ha pasado. Para mí, Votemos habla de muchas cosas, pero el tronco común es la falta de empatía, podemos ser correctos hasta que nos afecta frontalmente, entonces ya no somos tan misericordiosos”.
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