El bueno, el feo y el malo(Sergio Leone, 1996). No se puede hablar de música y cine sin mencionar a Ennio Morricone. El compositor más importante de la gran pantalla vertebró una partitura inigualable que empezaba con El bueno, el feo y el malo para seguir con El éxtasis del oro y culminar con El Trío.
Una pieza con valor artístico propio dentro de la obra de Sergio Leone.
El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972). Nino Rota compuso esta banda sonora inmortal y una de las más recordadas de la historia del cine.
Su trabajo en el cine incluye el acompañamiento a títulos de directores de la talla de Franco Zeffirelli en Romeo y Julieta, Luchino Visconti en sus Noches blancas, o Rocco y sus hermanos y Federico Fellini en La dolce vita.
Rota recibió una nominación al Oscar, pero se la retiraron al descubrir que parte de un tema se había usado en otra BSO.
Vikingos (Michael Hirst, 2013). A cargo del compositor Trevor Morris, también al frente de la música de Los Tudor y Los Borgia, utiliza canciones del grupo utilice canciones del grupo Wardruna, que bebe de la música tradicional noruega y sus leyendas.
Hannibal (Bryan Fuller, 2013). Una de las bandas sonoras más perturbadoras de las series de TV. Su compositor, Brian Reitzell, optó por los paisajes sonoros para acompañar las imágenes más sangrientas.
Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960). La incónica melodía de la escena de la ducha, la más recordada de la película, está compuesta por Bernard Herrmann, que convención a un Hitchcock convencido de que la secuencia debía ir sin música.
Herrmann también trabajó para el director en Vértigo, pero es el sonido metálico de la música de Psicosis el que no ha salido de nuestras cabezas. ¿Quién no ha fingido empuñar un cuchillo mientras la reproduce?
Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939). Max Steiner firmó en esta película su mejor trabajo como compositor. Quizá las palabras «aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre«, no habrían quedado inmortalizadas como unas de las más importantes del cine si no fuera por la música de fondo.
Hasta que llegó su hora (Sergio Leone, 1968). Ennio Morricone repite en esta lista. El compositor hace un uso magistral de la armónica y transgrede en lo hasta entonces escuchado en el cine introduciendo una guitarra eléctrica. Esos ingredientes dieron con una escena inicial inolvidable.
Gladiator (Ridley Scott, 2000). Hans Zimmer hizo historia con una de las bandas sonoras más tarareadas por todos, incluso por los que no han visto la película.
Fargo (Joel Coen, 1996). Volvemos a la pequeña pantalla para hablar de la composición de Jeff Russo, que se inspiró en algunos de los elementos que Carter Burwell compuso para la película.
Russo logró ponerle sonido a la ironía en Fargo.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Vangelis ganó el Oscar por Carros de Fuego, pero cerramos la lista con la distopía futurista de Ridley Scott por ser una de las más arriesgadas de su carrera.
Cine y música son inseparables desde tiempos de las películas mudas. La conmovedora BSO de El señor de los anillos acaba de situarse en el primer puesto en una lista con las 100 mejores bandas sonoras de la historia del cine, elaborada por la emisora británica Classic FM.
Enumerarlas todas es imposible, pero compositores como Morricone o Nino Rota merecen un repaso a 10 de las partituras más inolvidables de la historia del cine.
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