Keira Knightley. La actriz estuvo apunto de perder el papel de una de las grandes películas de su carrera: Orgullo y Prejuicio.
Knightley reveló en un conocido programa de televisión que al director, Joe Wrightm, le pareció «demasiado guapa». Sin embargo, al verla en persona cambió de opinión: «¡Oh, no, estás bien!», un piropo envenenado que ahora cuenta entre risas.
Meryl Streep. La actriz ha contado en numerosas ocasiones que, al principio de su carrera, cuando quiso audicionar para King Kong, el director no tuvo reparos en alegar que era «fea».
La anécdota toma especial relevancia en el presente, teniendo en cuenta que ha construido una de las carreras más respetadas y sólidas de Hollywood y, por qué no decirlo, es uno de los rostros más personales y atractivos del panorama sin importar el paso de los años.
Reese Witherspoon. La actriz no quiso revelar el nombre de la película, pero confesó que fue rechazada en una audión por ser «demasiado lista para interpretar a un personaje joven femenino». Sin duda una justificación con tintes machistas que esperamos que ocurriera hace mucho, ya que Witherspoon ha conseguido algunos papeles aún recordados por todos.
Robin Williams. El recordado intérprete formó parte de los candidatos para interpretar al profesor Lupin en la saga de Harry Potter. Sin embargo, había una línea roja impuesta por la autora: tener acento británico.
Salma Hayek. Ahora parece impensable que una de las actrices más populares de la historia del cine tuviera problemas para acceder a ciertos trabajos, pero ella misma reveló que en numerosas ocasiones fue rechazada por parecer «muy latina».
Kat Dennings. La icónica protagonista de Dos Chicas Sin Blanca, como casi todo actor que se precie, ha recibido numerosas negativas a lo largo de su carrera. Sin embargo, una de las sugerencias que más le impactó para conseguir un papel fue que bronceara su piel porque lucía muy pálida y que se arreglarse los dientes, probablemente su rasgo más característico. Por suerte la actriz hizo caso omiso a esta petición.
Lea Michele. En esta ocasión la actriz ni si quiera llegó al casting, ya que fue su propio mánager quien le puso la condición de operarse la nariz para trabajar con ella. Nuevamente se equivocaba, ya que después consiguió un papel protagónico en la aclamada Glee.
Tiffani Thiessen. Aunque no le ha ido nada mal, la actriz sin duda perdió el papel de su vida, y lo hizo solo por cinco años. Podría haber sido la mismísima Rachel Green en Friends y estuvo a punto de conseguirlo, pero acababa de cumplir 20 años en el momento del casting y su juventud no podía disimularse.
Finalmente una Jennifer Aniston de 25 años accedió a la serie.
Olivia Wilde. La actriz estuvo a punto de ser Marissa Cooper en The O.C. Sin embargo, el creador de la serie, Josh Shwartz, consideró que era «demasiado ruda» para su trama: “Marissa era un personaje que Ryan necesitaba salvar, y Olivia no necesita que la salven«,explicó.
Finalmente pudo interpretar un papel en la segunda temporada.
Michelle Pfeiffer. La emblemática actriz compitió por el papel de Vicki Vale en Batman, pero su vida personal se metió por medio.
Michael Keaton, su exnovio, que también aparecía en la película, pidió no compartir reparto con ella porque en ese momento intentaba volver a estar con su exesposa y podría ser un problema.
Hoy en día las redes sociales juegan un papel importante en el resultado de un casting. Para indignación de muchos, el número de seguidores puede jugarte una mala pasada.
Sin embargo, antes de la llegada de las nuevas tecnologías, una audión también era un momento crítico para algunos actores y actrices, ya que nunca sabes cuándo puede torcerse. Estos 10 intérpretes perdieron grandes papeles por motivos de lo más variopintos.
