Reese Witherspoon. Durante una entrevista a el medio Express, la actriz fue muy clara con este tema: "No las veo porque, si lo hiciera, entraría en una espiral de odio a mí misma. A veces veo un clip de algo, lo miro y pienso, ‘No tengo absolutamente ningún recuerdo de aquello’. Es realmente raro".

Aseguró que ni si quiera se acuerda de la mayoría de escenas que rueda. 

Jared Leto. El actor descubrió su aversión hacia sí mismo en pantalla en Dallas Buyers Club. "¡No soporto esa voz! No he oído mucho y nunca he visto la película. La veré en algún momento, seguro, pero es demasiado pronto. Nunca podría estar a la altura de las expectativas que tengo porque fue una bonita experiencia y la respuesta fue maravillosa", reconoció durante una entrevista.

Johnny Depp. El actor ha reconocido en muchas ocasiones que no ve sus propias películas porque, cuando el trabajo ya está hecho, hay poco que pueda cambiar. Además, cree que viendose a sí mismo no podría apreciar el trabajo de sus compañeros y no merece la pena. 

Joaquín Phoenix. El actor no solo confesó que no ve sus propios proyectos porque no le gusta cómo da en cámara. Si no que en su vida personal ni si quiera acostumbra a ver largometrajes, prefiere los documentales.

Angelina Jolie. "Como actriz, aprendes sobre tu personaje y entiendes la imagen general de cada película en la que trabajas, pero hay mucho de lo que no eres parte. Muchas veces me he sentido frustrada con las películas en las que he estado, ya sea al verlas y no sentirme conectada o simplemente no queriendo verlas en absoluto", confesó la actriz a The Telegraph en 2014.

Javier Bardem. Cuando el actor español más internacional tuvo la oportunidad de protagonizar la portada de la revista GQ para la edición de Reino Unido, confesó tener numerosas inseguridades físicas, más allá del trabajo interpretativo, que no le permitían ver sus películas una vez finalizado el rodaje: "No soporto esa jodida nariz, esa jodida voz, esos ojos ridículos", lamentaba. Además, también reconoció: "Mientras actúo, no soy consciente de estas cosas".

Adam Driver. El actor tiene un gran recorrido en el teatro y está más acostumbrado a actuar en vivo, por lo que verse en la pantalla le resulta algo incómodo y tiene la costumbre de salir de las proyecciones en el estreno.

Julianne Moore. "No he visto ninguna de mis propias películas. No puedo sentarme allí para un estreno ni nada. Me gusta estar en la película más de lo que me gusta verlas. Esa es mi gran emoción, en lugar de ver el producto terminado", explicó la estrella de Siempre Alice durante una entrevista.

Jesse Eisenberg. El actor explicó que había decidido desentenderse de la opinión ajena para disfrutar más de su trabajo y limitarse a sacar lo mejor de su interpretación. "Quitarse esa carga de pensar en cómo lo van a percibir otras personas o yo mismo me ha hecho sentir mucho más cómodo", asegura.

Nicole Kidman. "En la premiere de Australia, me senté, miré a mi marido y le dije: ‘¿He hecho algo bien en esta película?’. Es simplemente imposible para mí conectar emocionalmente"- Así de honesta confesó la actriz a Mail Online en una entrevista que no se veía capaz de ver su porpio trabajo.