El pasado viernes llegó a Netflix una de las apuetas más ambiciosas de la plataforma para esta temporada, y es una miniserie de solo 4 capítulos. Hablamos de Adolescencia, que en solo unos días se ha colocado en el número 1 y sigue dando que hablar no solo por su trama, si no por su laboriosa escinificación en plano secuencia.
La premisa es impactante, el mundo de una familia se pone patas arriba cuando Jamie Miller, de 13 años, es arrestado por asesinar a un compañero de escuela. Los cargos contra su hijo los obligan a enfrentarse a la peor pesadilla de cualquier padre.
Uno de los protagonistas es Stephen Graham, al que ya hemos visto en la serie Mil golpes, del creador de Peaky Blinders. Además, vuelve a coincidir con su compañera de reparto Erin Doherty y con Ashley Walters, que dirigió algunos episodios de Mil golpes y al que en esta ocasión vemos delante de la cámara.
La mayoría de los espectadores no han podido resistirse a ver Adolescencia del tirón, sus 4 capítulos de una hora de duración que no te dejan despegarte de la pantalla, invitan a ello. Por eso, creemos que es buen momento para revisar y explicar su final.
El último capítulo nos traslada directamente siete meses después de los hechos y nos deja ver a Jamie en un centro de detención de menores. Si bien le vemos a lo largo de toda la serie negando su implicación en el asesinato de Jackie con la psicóloga Briony Ariston, poco a poco el protagonista va dejando entrever su visión de las mujeres y de su compañera en particular.
En un giro que los espectadores ni esperaban ni querían, el pequeño decide comunicar a sus padres que va a admitir el crimen. La familia Miller comienza entonces un duelo por su hijo y hermano y toca asimilar el dolor por lo ocurrido, pero también la responsabilidad que les toca.
En la escena final, los padres de Jamie se enfrentan a una dura conversación donde recuerdan la infancia de su niño y se preguntan qué han hecho mal. Se enfrentan a una mezcla de sentimiendos, donde la culpa y la pérdida de su hijo tal y como lo conocían salen a relucir.
Inevitablemente, el espectador también se pregunta que le ha podido ocurrir a un niño estudioso, querido y procedente de una familia tan normal como la de cualquiera a cometer un crimen tan atroz. Y esa podría ser la clave de la que ya es una de las series del año: los discursos tóxicos, violentos y misóginos que se cuelan sin darnos cuenta en la mente de nuestros adolescentes a través de las redes sociales tienen un papel esencial en lo ocurrido.
Puede que por eso la última escena pertenezca a sus padres y no al pequeño Jammie, porque aunque él es el último responsable, la serie nos plantea la pregunta de si estamos suficientemente atentos a los mensajes que reciben los más jóvenes y cómo pueden desencadenar terribles consecuencias.
En la última escena, aparece Eddie en la habitación de su hijo llorando donde solo le queda pedirle perdón por no haberlo sabido hacer mejor.
También te puede interesar:
- Un niño acusado de asesinato en ‘Adolescencia’: la miniserie grabada en plano secuencia del creador de ‘Hierve’ que promete arrasar en Netflix
- Capítulo 5 de ‘The White Lotus’: qué supone la aparición sopresa de Sam Rockwell y la explicación de su monólogo
- ‘Dune: La profecía’: explicación del final de la primera temporada, un regreso a las raíces de la franquicia
© REPRODUCCIÓN RESERVADA