Alan Moore (‘Watchmen’, ‘V de Vendetta’) renuncia a los derechos de sus adaptaciones cinematográficas

Alan Moore

En una entrevista con The Telegraph publicada ayer, miércoles 13, la leyenda del cómic Alan Moore, responsable de clásicos como Watchmen, V de Vendetta, Batman: La broma asesina o From Hell, habló de su larga trayectoria con motivo de la publicación de su colección de relatos Illuminations.

En relación con sus obras más conocidas por el público, como las ya mencionadas, el artista (que durante mucho tiempo se ha negado a que su nombre figurara en las adaptaciones cinematográficas de sus obras y con frecuencia ha criticado dichas adaptaciones) reveló que ha dejado de compartir los derechos de autor con los guionistas de las películas.

«Ya ni siquiera deseo compartirlos con ellos. Con las últimas películas, no creo que hayan mantenido lo que yo creía que eran sus principios originales«, aseguró Moore, que hace ya tiempo que se retiró públicamente de los cómics, asegurando que ha renunciado a las apariciones públicas en favor de una vida de escritor más tranquila. «Así que pedí que DC Comics que enviara todo el dinero de cualquier futura serie de televisión o película a Black Lives Matter«.

El creador de From Hell también aprovechó para hablar de otros comics. Por ejemplo, calificó El caballero oscuro de Frank Miller, creador de Sin City, como «una visión bastante subfascista», señalando también cómo su obra Watchmen fue malinterpretada por la industria: «No pretendía que mis experimentos con el cómic se adoptaran inmediatamente como algo que toda la industria debiera hacer […] Cuando hacía cosas como Watchmen, no estaba diciendo que los personajes oscuros y psicópatas molaran, pero parece que ése fue el mensaje que la industria adoptó durante los 20 años siguientes», añadió Alan Moore.

«Hoy en día, la fantasía parece haberse reducido a una especie de mundo de J.R.R. Tolkien, George R.R. Martin, de guerreros y dragones y, por alguna razón, enanos. Los libros de fantasía que me inspiran son cosas como la trilogía Gormenghast de Mervyn Peake, que en cierto modo trata del mundo real, de la naturaleza cambiante de la sociedad británica […] La fantasía no tiene ningún tipo de restricción, así que es un poco cutre tocar constantemente la misma nota en el piano […] Tengamos visiones fantásticas que nadie haya visto antes, y dejemos de lado a la gente de estatura limitada, para variar».

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