Daisy Ridley regresará al universo de Star Wars para retomar su papel de Rey en la nueva película de la saga, que se encarga de dirigir Sharmeen Obaid-Chinoy. Pero, antes de sumergirse de nuevo en ese mundo, la actriz ha echado la vista atrás para recordar cómo se dividió la base de fans con la última entrega de la saga.
«Todavía es molesto», aseguró Ridley durante una aparición en el podcast Happy Sad Confused acerca de El ascenso de Skywalker. «Parecía que ante la primera película de la nueva trilogía todo el mundo respondía de la misma manera. Pero la segunda fue súper divisiva. Y la última, súper divisiva.»
Uno de los puntos de discordia fue cuando la Rey de Ridley besa a Kylo Ren, interpretado por Adam Driver. Otro recurso argumental controvertido tuvo que ver con los orígenes de Rey, que cambiaron de Los últimos Jedi a El ascensode Skywalker. En Los últimos Jedi se dice que Rey es hija de «nadie», pero en la última entrega se revela que es nieta de Palpatine.
«Lo interesante de la última, para mí, era que puedes ser un héroe y no venir de ninguna parte o puedes ser un héroe y venir literalmente de la peor persona del universo. No eres tus padres, no eres tus abuelos, no eres tu linaje y no eres las generaciones que te precedieron.»
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