El artista japonés Eiichiro Oda, creador de One Piece y productor ejecutivo de la nueva adaptación en imagen real de Netflix, ha asegurado en una entrevista con The New York Times que su opinión sobre los live-actions ha cambiado en los últimos años.
«Cuando empecé en esto, no creía que tuviera sentido dibujar un manga que se pudiera adaptar al cine«, aseguró el artista. Sin embargo, y pese a dicha reticencia inicial, el japonés responsable del manga más vendido de la historia explicó que, tras ver cómo la comedia Shaolin Soccer (2001), de Stephen Chow, se dio cuenta de que los live-actions sí podrían tener sentido. «Cuando vi aquella película, me pareció que el mundo del manga había cobrado vida«.
Fue en aquel momento, dice, cuando cambió radicalmente de opinión: «Me di cuenta de que los tiempos habían cambiado y de que había tecnología disponible para hacer realidad One Piece. Así que empecé a buscar al socio adecuado para dar vida al manga».
Y añadió: «Varios mangas habían sido llevados al cine, pero había un historial de fracasos; nadie en Japón podía citar un ejemplo de éxito. ¿Lo aceptarían los fans de One Piece y los espectadores que no conocieran el manga?», explica al Times. «Por suerte, Netflix acordó que no sacaría la serie hasta que yo estuviera de acuerdo en que era satisfactoria. Leí los guiones, tomé notas y actué como perro guardián para asegurarme de que el material se adaptaba de la forma correcta […] Incluso después de terminar el rodaje, hubo numerosas escenas que la producción accedió a volver a rodar porque consideré que no eran lo suficientemente buenas como para darlas a conocer al mundo.»
La serie de Netflix aún no ha recibido críticas, pero el enfoque de Oda con respecto a la acción real de One Piece es, según sus propias palabras, cuidadoso, sobre todo en lo que respecta a cómo llevar a la pantalla lo que los fans adoran de los personajes. Es algo que, según él, es clave para el éxito de cualquier adaptación de un manga.
© REPRODUCCIÓN RESERVADA
