El director Francis Ford Coppola habló de tiempo, dinero, riesgo y de que Megalópolis no será su última película.
Por Irene Crespo
Después de la calurosa acogida (y también algo desconcertada) que recibió Francis Ford Coppola anoche por su épica romana, Megalópolis, se presentó en la rueda de prensa con alivio y alegría. Esas fueron las palabras que repitió para definir su estado que, claramente, se podía sentir.
Jugaba en casa, los periodistas aplaudieron al verle entrar y al ser presentado. Sentado entre Roman Coppola y Adam Driver, cerca de su amigo de toda la vid, Laurence Fishburne, y su hermana, Talia Shire. Todos ellos en el filme. Megalópolis es un sueño cumplido después de 40 años de trabajo. Un sueño que todo el equipo celebró y agradeció a Coppola quien, a sus 85 años, sigue arriesgando como nadie en esta industria.
En concreto, ha arriesgado 120 millones de dólares propios, salidos de su bodega. “En 2008, cuando la crisis, tuve la idea de montar este lugar en el que los niños pudieran ir a disfrutar… y ahora resulta que todo el mundo me está copiando”, contó. Gracias a esa genial idea ha podido arriesgar sin tener que esperar a esos estudios que le han negado el dinero.
“Temo que la industria del cine ya solo se preocupa por contratar gente que pueda pagar sus deudas porque los estudios están sumidos en enormes deudas”, explicó al ser preguntado por el nuevo Hollywood que no le ha apoyado. “Su trabajo no es tanto hacer buenas películas como pagar sus deudas”. Y después pasó a lamentar la posible desaparición en el futuro de “los maravilloso estudios” que conocimos, sustituidos por las nuevas compañías que sí tienen el dinero ahora, “como Amazon, Apple y Microsoft”.
TIEMPO, PARA
En Megalópolis, el genio protagonista interpretado por Adam Driver tiene el poder de parar el tiempo, un deseo que Coppola lleva teniendo toda su vida. “Desde que le conocí, en 1976, le he oído decirlo”, dijo Laurence Fishburne. “Es maravilloso ver que lo ha cumplido en este filme”.
“Fue Adam quien lo dijo: todos los artistas son capaces de controlar el tiempo, la arquitectura no es más que música congelada, el arte va de congelar el tiempo”, dijo. Y él de eso sabe un rato, algunos de sus filmes son auténticas obras maestras de su tiempo y de todos los tiempos. “Los artistas son los faros de la sociedad, los que iluminan el camino, como decía Joseph Campbell, son los que iluminan la vida contemporánea”, dijo en otro momento de la rueda de prensa en la que pidió más tiempo y preguntas para todos los que le acompañaban.
Cuando ya, de hecho, el tiempo se acababa pidió preguntas para su querida hermana, Talia Shire. Ella volvió a reflexionar sobre el tiempo y el riesgo y cómo ambos conceptos son uno en Francis Ford Coppola. “Mirar atrás es fácil, ir hacia delante, hacia lo desconocido es lo difícil; y cada día con mi hermano es ir hacia delante, te arriesgas, es creatividad valiente, eres un visionario y lo eras desde que tenías nueve años”, contó, a la edad a la que se empeñó en volver a caminar a pesar de la polio. “Cada día durante un año, se lanzaba, decidido a que iba a andar. Cada día en este rodaje fue también un acto de valentía”.
Y, sin embargo, el tiempo para Coppola sigue. Si muchas críticas leían en Megalópolis su última película, él ha confirmado que espera que no lo sea. “Ya estoy escribiendo otra”, confirmó. El tiempo sigue.