J.A. Bayona opta a varios Goya por ‘La Sociedad de la Nieve’: «La historia de lo ocurrido era mucho más grande de lo que yo recordaba»

Nieve

El gran milagro o la gran tragedia. De ambas maneras se conoce al accidente aéreo de 1972 en los Andes en el que sobrevivieron 16 pasajeros. J.A. Bayona (‘Lo imposible’) recrea de nuevo esta increíble historia.

Por Nando Salvà

Lo que sucedió el 13 de octubre de 1972 sobre la cordillera más larga del planeta es conocido igualmente como “La tragedia de los Andes” y “El milagro de los Andes”: el vuelo Fairchild FH-227D, que viajaba entre Montevideo y Santiago de Chile, se estrelló accidentalmente contra un glaciar a causa de un error de cálculo de sus pilotos. 72 días después, el mundo supo que 16 de los 45 pasajeros de aquel avión, reservado por los jugadores del club de rugby uruguayo Old Christians y sus familiares, habían sobrevivido al siniestro; la euforia dio paso a la consternación cuando se hizo  evidente lo que habían tenido que hacer y padecer para permanecer vivos.

“Al leerlo me di cuenta de que la historia de lo ocurrido era mucho más grande de lo que yo recordaba, y me impresionó mucho”, explica J.A. Bayona acerca del modelo en el que se basa su nuevo largometraje, La sociedad de la nieve, el libro homónimo de Pablo Vierci, en su día compañero de colegio de muchos de los supervivientes.

“Sentí que necesitaba contar esta historia, y esa necesidad también se transmite en esas páginas, a través de las palabras de los supervivientes que Pablo recopiló”. La historia, es cierto, ya había servido de inspiración a dos películas, la mexicana Supervivientes de los Andes (1976) y la estadounidense ¡Viven! (1993).

Pero, opina el director barcelonés, “debe contarse otra vez porque sigue habiendo heridas no cerradas. Y, ahora, por primera vez en pantalla, el punto de vista se pone no tanto en los que regresaron de la montaña como en los que se quedaron”.

Como Lo imposible (2012), la dramatización que Bayona llevó a cabo del tsunami que asoló Tailandia en 2012, La sociedad de la nieve es una historia sobre la supervivencia humana frente a la ingobernable naturaleza.

“Yo leí el libro de Vierci cuando estaba trabajando en Lo imposible y, de hecho, gracias a lo que hallé en sus páginas corregí algunas de mis ideas acerca de aquella película; nada más acabar aquel rodaje, adquirí los derechos para adaptar el libro a la pantalla”, explica. Y, como todas las películas del director, la nueva, que clausuró el pasado Festival de Venecia, ofrece una mezcla precisa de espectáculo visual y emotividad vehemente.

Para lograrla, Bayona decidió filmar la mayor parte de la película en Sierra Nevada, cuya cercanía a la línea del Ecuador permitía reproducir prácticamente idéntica la luz de los Andes. Fue un rodaje marcado por obstáculos climáticos como díasde ventisca, anticiclones extraños y tormentas de calima injustificables.

“Nuestra prioridad fue ser fieles a la realidad, por eso filmamos a 3.500 metros de altura y en un lugar de acceso complicadísimo”, recuerda el director. “La fatiga causada por los 140 días de rodaje se fue reflejando en los cuerpos y mentes de los actores, y en esos rostros cuya piel se iba agrietando”.

 ¿Y cómo afrontó el reto de recrear los actos de antropofagia que tuvieron lugar en los Andes sin sucumbir al sensacionalismo?

“En cuento dejas de poner el foco sobre el que come y lo sitúas en el que entrega su propio cuerpo a sus amigos para ayudarlos a sobrevivir, la antropofagia deja de ser algo morboso para convertirse en un acto de amor, y así es como yo veo lo que sucedió en aquella montaña”, responde honestamente.

Y, por último, puestos a preguntar, ¿por qué en todas las películas del cineasta catalán se habla en mayor o menor medida de la muerte, ya sea desde la perspectiva del luto o desde la de la pugna por la esquivarla?

“No lo sé, nunca me he psicoanalizado”, admite. “Reconozco que me gusta llevarnos a mí mismo y al público a territorios sombríos desde los que emerger siempre hacia la luz; la oscuridad sólo me interesa como vehículo hacia lo luminoso. Pero no sé cuál es el motivo. Alguien me dijo una vez: ‘Jota, ojalá nunca encuentres lo que buscas através de tus películas’”.

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