A Lily-Rose Depp no le importa si la gente quiere verla fracasar porque ella está dispuesta a «demostrar que la gente se equivoca».
La actriz, hija del actor y músico Johnny Depp y de la modelo, actriz y cantante francesa Vanessa Paradis, se sinceró recientemente con Vanity Fair sobre su trabajo para encontrar su propia identidad en Hollywood, a pesar de las críticas.
«Siento que la gente ha estado preparada para verme fracasar, en cierto modo, desde que era una niña», dice. «Eso me ha hecho querer trabajar más duro y demostrar que la gente se equivoca. No de forma vengativa en absoluto, sino en el sentido de echar leña al fuego. Quiero demostrar que soy una gran trabajadora y que no estoy aquí para otra cosa que no sea trabajar duro. Pero Rob [Eggers, director de Nosferatu] era uno de mis directores favoritos. No pensé que llegaría a trabajar con él tan pronto, tan al principio de mi carrera».
La estrella de The Idol añadió que está acostumbrada a la presión constante ya que «ha sido mi vida» al haber «venido de una familia de artistas».
«Mis padres son unos artistas increíbles y yo he crecido con ellos», explica Depp. «Respetarles tanto y lo que hacen, y tratar de encontrar mi propia identidad en este mundo, ha sido interesante cuando todo el mundo piensa que estás aquí por las razones equivocadas o que no mereces estar aquí. Puedes sentarte a llorar y decir: ‘Esto no es justo’, o puedes decir: ‘Vale, voy a trabajar muy, muy duro y hacerlo lo mejor que pueda’».
Subrayó que le encanta actuar, así que «si la gente sigue queriendo decir gilipolleces o verme de una determinada manera, no es mi problema».
Fotos: Jon Kopaloff y Steve Granitz (Getty Images)
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