Por Irene Rosignoli
La nueva película protagonizada por Nicole Kidman debutará en la 81 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia. Babygirl, dirigida por Halina Reijn, es un thriller erótico que ya está dando que hablar por la intensidad de algunas de sus secuencias, hasta el punto de que incluso la estrella ha admitido tener miedo de volver a verla.
En la película, que protagoniza junto a Antonio Banderas y Harris Dickinson, Nicole Kidman interpreta el papel de una rica y poderosa directora ejecutiva llamada Romy, que pone en peligro su carrera y a su familia cuando inicia una apasionada relación extramatrimonial con su nuevo becario, Samuel, un chico mucho más joven que ella. La película investiga así la complejidad de las dinámicas de poder en el lugar de trabajo a través de una historia que el director describe como «extremadamente caliente, una clase magistral de kink».
Kidman confesó que aún no había podido volver a ver el metraje, y que no estaba segura de poder permanecer en la sala durante la proyección en el Festival de Venecia: «He hecho películas explícitas antes, pero nunca como ésta. Una parte de mí piensa: ‘La hemos hecho para la gran pantalla, es justo que la gente la vea’. Pero me siento como en la cuerda floja, suspendido en el vacío. No estoy segura de ser lo bastante valiente».
Las escenas de sexo en Babygirl, según la actriz y directora, son “exageradamente largas” y habrían dejado a Nicole Kidman “destrozada”. Entre ellas, una de las más intensas es cuando Romy se masturba después de acostarse con su marido (Banderas): «Me sentí muy vulnerable como actriz, como mujer y como ser humano. A veces pensaba: ‘No quiero que me toquen más, quiero acabar aquí’. Pero al mismo tiempo estaba decidida a llegar hasta el final. Así que volví a ponerme el escudo y pensé: «¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?».
En definitiva, a pesar de su miedo a mostrar su trabajo al público, la actriz no se arrepiente de haber participado en el proyecto: «Es algo vulnerable, pero no me echaré atrás en estas cosas hasta el final de mis días. Me pondré en una posición vulnerable y ya veremos adónde me lleva».
Fuente: Vanity Fair / Fotografía: Mike Marsland (Getty Images)
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