Olivia y el terremoto invisible es el primer largo de stop-motion español dirigido por una mujer, Irene Iborra.
Celebrada en el 8 y el 14 de junio, la presente edición del Festival de Annecy sigue confirmando la relevante posición del certamen en el mundo de la animación. Cada vez más ojos se vuelven hacia esta ciudad francesa que recoge películas y series de todo el mundo, en muy distintos estilos de animación, para públicos adultos o infantiles.
Es normal: el año pasado cuatro de las seis películas más taquilleras eran de animación. Incluso en este momento en el que los estudios intentan seguir sacando crédito convirtiendo sus clásicos dibujados en acción real, hay algo en la animación que sigue convenciendo.
Annecy es donde los grandes estudios presentan sus títulos del año, pero también donde películas mucho más modestas encuentran un hueco para salir fuertes. Ese puede ser el caso de la película española de stop-motion que el lunes compite en Sección Oficial: Olivia y el terremoto invisible.
La directora y guionista, Irene Iborra (Citoplasmas en medio ácido, Clic, Matilda, ¿Qué le pasa al cielo?), primera mujer del país al frente de un largometraje con esta técnica, adapta la exitosa novela La película de la vida (ed. Barco de Vapor, 2017), de la escritora Maite Carranza, con más de 24.000 ejemplares vendidos en España y traducida a ocho idiomas.
Olivia y el terremoto invisible narrará la historia de una niña de 12 años y su familia, obligados a mudarse del centro a un lugar de la periferia, un cambio que les llevará a descubrir el poder de la amistad, imprescindible para navegar las aventuras de la vida.
“Contribuir a desestigmatizar los desahucios y la pobreza infantil con una historia tan bonita es una forma muy poderosa, e incluso bella, de compartir este tema tan delicado con los niños”, explicó Iborra antes de su paso por Annecy.
“El mensaje es esperanzador y está lleno de luz”, ha añadido la directora, que subraya la capacidad del stop-motion para abordar, con marionetas y fantasía protectora, la necesidad de construir redes de apoyo ante los terremotos de la vida.
Irene Iborra, formada en Física y en tratamiento de imágenes, fotónica y robótica, está especializada en el terreno audiovisual con masters en escritura para cine y televisión y en dirección y animación stop-motion. Desde hace catorce años trabaja como guionista, directora y animadora, con cortometrajes emitidos en pantallas nacionales e internacionales, como Citoplasmas en medio ácido, Clic, Matilda o ¿Qué le pasa al cielo?, actualmente en gira por festivales. Es cofundadora de la productora Citoplasmas y sus obras han sido seleccionadas y premiadas en una larga lista de certámenes.
‘La vida de calabacín’, referente de ‘Olivia y el terremoto invisible’
Precisamente, uno de los títulos más recientes que nos descubrió Annecy, fue La vida de calabacín, de Claude Barras. En el festival francés ganó el premio a mejor película y el del público y de ahí salió disparada a los Oscar y muchos más premios.
Con ese brillante filme de stop-motion, de culto absoluto, Olivia y el terremoto invisible comparte dos de los nombres referente en esta deliciosa técnica de animación, el español César Díaz (ganador del Goya por su corto Muedra) y el británico Tim Allen. Ambos han estado presentes también en algunos de los títulos más aplaudidos de este tipo de filmes, como Isla de perros o Frankenweenie.
Cuándo se estrena ‘Olivia y el terremoto invisible’
Tras su paso por Annecy, Filmax distribuirá próximamente Olivia y el terremoto invisible en cines de España.
Emma Suárez y Jordi Évole son algunas de las voces que escucharemos entre los personajes protagonistas.
Fuente: Trafalgar Comunicación
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