El actor Simon Pegg (Zombies Party, Arma Fatal) ha revelado que, durante el rodaje de Misión Imposible III, ocultó como pudo sus problemas con el alcohol. El actor ha reconocido su terrible problema, que le obligó a esconderse mientras trabajaba en platós de cine a principios de la década de 2000, en un episodio del programa Desert Island Discs de la BBC Radio 4.
«Te vuelves muy sigiloso cuando tienes algo así en tu vida», aseguró el intérprete, explicando que empezó a luchar contra problemas de salud mental cuando todavía era adolescente, y que aquellos sentimientos regresaron en 2006, durante el rodaje de la tercera parte de la franquicia protagonizada por Tom Cruise. Un dolor emocional que le llevaba a consumir alcohol para sentirse mejor, algo a lo que tuvo que poner freno cuando, en 2009, nació su hija.
«Aprendes a hacerlo sin que nadie se dé cuenta porque se apodera de ti. Quiere mantenerse y hará todo lo posible para que no lo detengan […] Pero al final llega un punto en el que no se puede ocultar, y ahí es cuando, por suerte, pude salir de la inmersión».
Respecto a su relación con Tom Cruise tras haber trabajado junto a él en la tercera, cuarta y quinta parte de Misión Imposible, Pegg aseguró que es «simplemente muy simple y amigable».
«Siempre ha sido una relación muy fácil […] Creo que te das cuenta de que, cuando conoces a la persona y no la espesura de la mitología que se ha creado a su alrededor, es una experiencia diferente. A él le encanta [la fama], es todo lo que conoce. Le da energía y le estimula».
Fotos: Jamie McCarthy y Tristan Fewings (Getty Images)
Fuente: The Hollywood Reporter
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