La gira de Barry Diller con motivo de la publicación de su libro de memorias «Who Knew» (Quién lo sabía) llegó al 92Y de Nueva York, donde el moderador Anderson Cooper le pidió, durante una sesión de preguntas y respuestas, que desvelara «el plató de rodaje más lleno de cocaína» que visitó durante su mandato como director ejecutivo de Paramount Pictures.
El ex ejecutivo del estudio tuvo la respuesta casi de inmediato: Popeye (1980), de Robert Altman.
«¿Un plató de cine? Oh, Popeye», respondió Diller (vía Entertainment Weekly). «Por cierto, puedes verla. Si ves Popeye, estás viendo una película que -piensas en ella en la cosa que solían hacer sobre las velocidades de los discos, 33 [RPM], lo que sea. Esta es una película que funciona a 78 RPM y 33 speed».
Diller dirigió Paramount Pictures desde 1974 hasta 1984. Su ilustre mandato en el estudio incluyó el estreno de películas de éxito como Fiebre del sábado noche, En busca del arca perdida, Grease o Beverly Hills Cop, entre otros clásicos. Pero es Popeye, de Altman, la que se gana la distinción de tener el «set de rodaje más chungo».
«No podías escapar de ello», dijo Diller sobre el consumo de drogas en el plató de la película. «En aquella época se enviaban latas de película. Las latas se enviaban a Los Ángeles para procesar la película a diario. La película se rodó en Malta. Y descubrimos que las latas se usaban para enviar cocaína de un lado a otro del plató. Todo el mundo estaba colocado».
Fuente: Deadline
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