La película número 50 de Woody Allen como director, Coup de Chance, fue recibida con entusiasmo ayer lunes por la noche en su estreno en el Festival de Cine de Venecia.
El cineasta, de 87 años, se puso en pie al finalizar la proyección de su última película y fue ampliamente vitoreado con una ovación que duró cinco minutos.
Sin embargo, a primera hora de la tarde, la situación en el exterior del cine era muy distinta, tal como ha contado The Hollywood Reporter. Un grupo de manifestantes protestó contra la «cultura de la violación» del festival de Venecia y desfiló frente a la entrada del cine justo cuando Allen pasaba por la alfombra roja. El Festival de Cine de Venecia ha sido objeto de críticas este año por incluir películas de directores acusados de agresión sexual, entre ellos Woody Allen y Roman Polanski, cuya nueva película, The Palace, se proyectó el fin de semana, recibiendo críticas terribles por parte de la prensa.
Antes, en la rueda de prensa de Venecia, se le pidió a Allen que reflexionara sobre el papel que la suerte ha desempeñado en su propia vida, pues esta es el tema principal de su último filme, coprotagonizado por Lou de Laage, Valerie Lemercier, Melvil Poupaud y Niels Schneider.
«He sido muy, muy afortunado toda mi vida«, aseguró el cineasta. «He tenido dos padres cariñosos. Tengo buenos amigos. Tengo una esposa, un matrimonio y unos hijos maravillosos, y nunca he estado en el hospital. Nunca me ha pasado nada terrible […] Y he recibido, a lo largo de mi vida, elogios muy merecidos y una enorme cantidad de atención y respeto. No he tenido más que buena suerte. Y espero que siga así».
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