Anna Castillo es reina de España por sorpresa en la serie ‘Su majestad’: “La sátira permite reírse a la vez que mandas un mensaje”

Su majestad

La primera vez que Borja Cobeaga y Diego San José le proponen a Anna Castillo el personaje de una infanta en Su majestad, heredera al trono en la España actual, fue allá por 2019. “Es un proyecto que lleva acompañándome en mi imaginario mucho tiempo… y luego pasó como pasa con estas cosas… que va por muchos sitios, una pandemia…”, recuerda la actriz. “Y cuando ya está confirmado y vuelven a mí, lo primero que dije es: ‘Yo me he hecho mayor’. No soy súper mayor, pero ya no puedo hacer un personaje tan adolescente como estaba planteado. Y lo adaptaron a mi edad”.

Su Alteza la infanta Pilar es una veinteañera que nunca acabó los estudios, que sale día sí, noche también, que hace lo que le da la gana, mientras su padre, Su Majestad (Pablo Derqui), reina en España con cierta tranquilidad… hasta que un día esa calma salta por los aires: le acusan al monarca de haber estado robando dinero durante años, de tener cuentas en paraísos fiscales… (Ejem). El rey debe salir de España y, mientras decide si abdicar o no, Pilar debe encargarse de su agenda oficial y enfrentarse de sopetón al miedo que tuvo toda su vida: ser reina.

Su majestad arranca con el ataque de ansiedad de Pilar por tener que salir al palco real de un importante partido de fútbol. Sabe que la van a insultar, gritar… No puede aguantarlo y les saca la peineta a pasear. Después, se va a ahogar las penas con su panda de amigas privilegiadas. “Para mí, Pilar como persona, más allá de la familia donde haya caído, es una chica que tiene una burbuja de privilegio absoluto”, cuenta la actriz sobre esta mujer que, a su edad, ya conoce más los límites, aunque parece que le cuesta cumplirlos. “Esa burbuja de privilegio, la hace ser superficial, la hace ser frívola. Pero también siento que, de alguna manera, durante toda su vida la han infantilizado. Y ella, hasta el momento, se ha aprovechado de esta infantilización para no tener ningún tipo de responsabilidad”, explica.

Pero cuando la responsabilidad le cae, literalmente, de la noche a la mañana, la Casa Real le pone a su lado un secretario, un asesor o consejero (interpretado por Ernesto Alterio) que la va a ir guiando por sus nuevas labores y por los callejones, rincones y cloacas del estado, de la monarquía y de la familia… En ese camino va descubriendo cosas de ella misma que no sabía y también descubre secretos que no le gustan del rey, como padre, persona, marido y monarca. “Creo que el viaje que hace Pilar es el de quitarse la venda y salir un poco, no de la burbuja del privilegio que siempre la ha tenido, pero sí de decir que no es tonta”, cuent Castillo.

“Toma la responsabilidad que le corresponde bajándose del privilegio de esa infantilización y sobreprotección en las que vivía”.

MATAR AL PADRE (Y AL REY)

La serie está llena de referencias y guiños a la actualidad y a eventos de los últimos años en España y más allá. Cobeaga (que también dirige junto a Ginesta Guidal los siete capítulos que conforman Su majestad) y San José miran con clave satírica todos esos eventos conocidos para luego insertarlos en el retrato de esta chica joven intentando sacar la cabeza en un mundo que la arrinconaba.

A mí, como actriz, igual que como espectadora, la sátira lo que me permite es reírme y enredarme en situaciones que me divierten, me hacen gracia, a la vez que mandas un mensaje. Eso es una parte que me interesa mucho”, cuenta Anna Castillo.

“Pero yo el personaje lo he trabajado desde la verdad y está transitando por temas que puede transitar cualquier persona del mundo, sea de la clase social y de la casa de la que vengas, que tiene que ver con romper con patrones familiares, con desidealizar a tu padre, con procesos de maduración… Son temas universales y eso es lo que le pasa a Pilar”.

En cualquier caso, insiste la actriz, Su majestad “no es una sátira hacia la Casa Real, o no sólo, sino hacia la tradición, hacia la institución o instituciones que están muy arraigadas en comportamientos muy antiguos”. Ella, personalmente, no tiró de ningún referente dentro de la monarquía, creó el personaje de dentro afuera, desde el guion y apoyándose mucho en esa “sobre producción” de vestuario, maquillaje y peluquería que requería Pilar. “Me pasé un mes con uñas de gel larguísimas, un pelo larguísimo que no es mío, esa ropa… y luego rodando en esos palacios en los que ella deja sus zapatillas y ropa por ahí tirada porque, claro, es su casa. Ahí es cuando lo entiendes”, dice.

“También cuando comprendes toda esa seguridad que implica cada vez que se mueve. Siempre vas a tener esa protección y esa nube de vigilancia pegada a ti, eso te coloca en un lugar distinto del mundo, que bajo mi punto de vista no tiene por qué ser mejor, aunque conlleve muchísimo privilegio es también muy limitante”. Más aún para ella como mujer. Como le dice su secretario: “Él es rey, tú vas a ser reina. Parece lo mismo, pero no lo es”.

Fotos: Carlos Álvarez-Getty Images

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