Si buscas una película ligera, la comedia romántica La madre de la novia es la tuya. Disponible desde del 9 de mayo en Netflix, está dirigida por Mark Waters, director de, entre otras, Este cuerpo no es el mio y Chicas malas.
«Una madre cariñosa», leemos en Netflix, «viaja a un resort en una isla tropical para la boda de su hija, sólo para descubrir que el padre del novio es el ex al que no ha visto en décadas».
Cuando su hija Emma (Miranda Cosgrove) le informa de que se va a casar, Lana (Brooke Shields) viaja a Tailandia. Al llegar allí, lo que la sorprende no es la belleza tropical de la isla elegida como lugar de la boda, sino la identidad del padre del novio. Para su inmenso asombro, de hecho, Lana se encontrará frente al hombre que una vez, en su época universitaria, le rompió el corazón. Como suele decirse, nunca se olvida el primer amor, y no será fácil para Lana lidiar al mismo tiempo con su doloroso pasado y con el feliz presente de su hija.
Como puede deducirse de esta breve presentación, La madre de la novia no brilla por su originalidad, pero son precisamente la linealidad y la previsibilidad lo que la hacen apreciable. No hay excesos dramáticos, ni giros forzados, ni reflexiones sobre el sentido de la vida o temas socialmente relevantes. Esto convierte la película en la elección perfecta para un visionado de puro entretenimiento, sin grandes pretensiones.
Además, en una época en la que los cineastas parecen competir por ver quién hace la película más larga, los 90 minutos de esta comedia romántica son un factor más a su favor.
En el reparto también figuran Chad Michael Murray, Sean Teale, Rachel Harris y Benjamin Bratt.
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