Quentin Tarantino, invitado habitual a tertulias, podcasts y sesiones de preguntas y respuestas en festivales, siempre ha tenido opiniones atrevidas sobre todo tipo de películas. Ya sean elogios o críticas, el director de Pulp Fiction y Kill Bill es conocido por sus posturas fuera de lo común que desafían los gustos convencionales. Recientemente, ha añadido una nueva película a su lista de favoritas, y nunca adivinarías de qué título se trata…
Sus opiniones, a menudo compartidas en forma impresa y oral, influyen rápidamente en la comunidad cinematográfica, suscitando debates y revisionismos sobre clásicos o joyas menos conocidas. Tras desvelar las que considera las 10 mejores películas de todos los tiempos, el legendario cineasta calificó Fandango, el drama de Kevin Reynolds protagonizado por Kevin Costner, como «uno de los mejores debuts como director de la historia del cine».
Al repasar la filmografía de Kevin Costner, la mayoría del público asocia inmediatamente el nombre del actor con títulos como Los intocables, Campo de sueños y Bailando con lobos. Sin embargo, la película de 1985 representa un punto crucial en la carrera de Costner, ya que marcó el punto de partida de una de las asociaciones más sólidas de la industria.
Con el reciente estreno del primer capítulo de Horizonte: una saga americana, el ambicioso western épico en cuatro partes de Costner, muchos han reexaminado su filmografía. Al igual que Quentin Tarantino, Costner ha encontrado una rara autonomía creativa en el sistema de estudios, persiguiendo su visión artística con determinación. Con una carrera tan amplia y dinámica, es fácil olvidar Fandango, una película que sentó las bases de la figura de Costner que conocemos hoy. La película sigue a cinco amigos de la Universidad de Texas, a punto de graduarse en 1971, que emprenden un último viaje a través de la frontera mexicana, enfrentándose a preocupaciones sobre su futuro y la guerra de Vietnam. Protagonizada por Judd Nelson y Sam Robards, Fandango es una reflexión sobre los lazos entre amigos universitarios, con Costner como protagonista tras haber sido excluido de The Big Chill.
Kevin Reynolds, el director que debutó con Fandango, desempeñó un papel crucial en la carrera de Costner, tanto en sentido positivo como negativo. Por un lado, dirigió Robin Hood: Príncipe de los ladrones, uno de los éxitos de Costner; por otro, dirigió la controvertida Waterworld, cuyo caótico proceso de producción puso a prueba su amistad. Reynolds abandonó el proyecto durante la posproducción por conflictos con Costner. Años después, ambos restablecieron relaciones y colaboraron en Hatfields & McCoys, la exitosa serie que supuso el regreso de Costner a la televisión antes de Yellowstone. Reynolds también contribuyó como segunda unidad no acreditada en Bailando con lobos, dirigiendo la impactante secuencia de la caza del búfalo.
Antes de convertirse en colaborador y amigo de Costner, Reynolds era un joven cineasta que llamó la atención de Tarantino. En un artículo publicado en julio de 1994 en Vanity Fair, Quentin Tarantino, conocido por su obsesiva cinefilia, declaró: «Kevin Reynolds será el Stanley Kubrick de su década».
Esta afirmación respondía a su admiración por Fandango, una película que Quentin Tarantino había visto cinco veces en el cine y adorado tanto que empezó a imitar al personaje de Gardner Barnes de Costner: «Fandango es uno de los mejores debuts como director de la historia del cine. Quería ponerme un smoking sucio y vivir en un coche conduciendo por el desierto».
Aunque Fandango pueda parecer alejada de los temas típicos de Tarantino, bajo la superficie violenta y las audaces huidas de sus películas, hay elementos de narración de personajes, como se evidencia en la dinámica de Pulp Fiction y Érase una vez… en Hollywood. No olvidemos que Tarantino había elegido inicialmente a Costner para el papel de mano derecha de Calvin Candie en Django desencadenado, pero Costner renunció a él para dedicarse a Hatfields & McCoys.