David Chase, creador de la mítica serie de HBO Los Soprano, ha expresado en una entrevista en las últimas horas duras críticas al panorama moderno de las series de televisión, dominado por las plataformas de streaming. Y no se anduvo con rodeos.
Hace unos días Los Soprano celebró el 25 aniversario de su emisión en 1999 y, durante la reunión del reparto organizada para la ocasión, fue el propio Chase quien pintó un panorama decididamente sombrío para el futuro de las series. De hecho, el showrunner afirmó que más que la celebración de una serie que ha marcado la historia de la televisión, se estaba produciendo el auténtico funeral de una época:
«Estamos celebrando los 25 años de la serie, pero quizá deberíamos considerarlo más como un funeral. Fue una auténtica cima, pero no hablo sólo de Los Soprano, sino también de las series realizadas por muchos otros autores de talento. Hoy me siento mal por ellos. Es un funeral, algo se está muriendo».
A continuación, Chase explicó cómo se dificulta cada vez más la creación de series que exigen cierta atención del público:
«Somos más multitarea. Parecemos confusos y el público no consigue mantener la atención en nada, así que no podemos hacer nada que sea demasiado significativo, algo que exija nuestra atención y que requiera que el público se concentre». ¿Y qué pasa con los ejecutivos de las plataformas de streaming? Todo está empeorando. Estamos volviendo a donde estábamos. […] Ahora los anuncios también han llegado a las plataformas».
En resumen, según Chase, el panorama de las series de televisión se encamina hacia una peligrosa regresión. Con Los Soprano comenzó lo que en retrospectiva se definió como la «Edad de Oro» de las series de televisión, allanando el camino a programas que han marcado la historia de la serialidad como The Wire, Breaking Bad, True Detective y Juego de Tronos.
Chase reconoce que aún hoy no faltan buenas series como Succession, Andor, The Bear y The White Lotus, por citar algunas. El showrunner señala, sin embargo, que éstas fueron aprobadas hace años, un factor que las habría protegido del revés actual.
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