Maisie Williams se lo debe todo a Juego de Tronos, la serie fantástica de la HBO que la dio a conocer internacionalmente, con sólo 12 años, gracias a su papel de Arya Stark, la segunda hija de Eddard Stark y Catelyn Tully. Su personaje se convirtió rápidamente en uno de los favoritos del público: joven y rebelde, siempre se ha negado a someterse a las reglas impuestas a las mujeres en su sociedad -a menudo obligadas a casarse con hombres poderosos para crear lazos familiares-, prefiriendo seguir un camino guerrero.
La experiencia en el plató fue muy importante para la carrera de la actriz, que aún la recuerda con inmensa nostalgia, sobre todo en lo que respecta a los lazos forjados durante el rodaje, en particular con su compañera -y hermana ficticia- Sophie Turner, de la que sigue siendo íntima amiga. Sin embargo, trabajar en una serie que la mantuvo ocupada durante ocho años no siempre fue fácil.
En una reciente entrevista con The Sunday Times, Maisie Williams reveló que volver a la vida cotidiana tras el final de Juego de Tronos fue, cuanto menos, traumático: «Me sentí perdida durante mucho tiempo, y era consciente de que estaba perdida, porque ya no podía definir cuál era mi identidad. Fue muy incómodo para mí. Ahora me siento mucho más yo misma», dijo la actriz, admitiendo que identificarse con un personaje durante tanto tiempo, cuando sólo era una niña, causó mucha confusión en su identidad. «Es difícil incluso volver a ponerme ahí y hablar de lo duro que fue».
Maisie Williams también añadió que quería ofrecer consejos a los niños actores que trabajan en la misma industria que ella y que podrían experimentar presiones similares al estar bajo los focos. «Estoy escarbando muy dentro de mí para intentar sacar algo que creo que les sería útil. No sé si alguna vez lo he sido, pero sé que al menos tienen la posibilidad de enviarme un mensaje de texto o llamarme si lo necesitan.»
© REPRODUCCIÓN RESERVADA