Hospital Central, Anatomía de Grey, The Good Doctor, New Amsterdam… ¿Qué tendrán las series de médicos que nos gustan tanto? No sabríamos decirlo, pero lo que sí que sabemos seguro es que Respira, la nueva serie de Netflix, se ha colocado en el número uno de la plataforma nada más estrenarse. Sin embargo, no ha conseguido convencer a un sector importante: el de la enfermería.
Hace tiempo que conocimos al reparto de esta nueva serie del creador de Élite Carlos Montero, que ahora cuenta con Manu Ríos, Blanca Suárez, Aitana Sánchez-Gijón y Najwa Nimri como los médicos y pacientes del nuevo hospital televisivo. Tras años sin nuevos médicos a los que seguir, promete devolvernos el interés por saber qué hacen con su vida profesional y personal aquellos que juraron protegernos y cuidarnos en cuerpo y alma.
La serie se ha colocado rápidamente entre los más visto y no es para menos, un elenco increíble, tramas médicas, amorosas, y el eje central del desastre del desmantelamiento de la sanidad pública de fondo. Pero no es oro todo lo que reluce.
Héctor Castiñeira (@enfermraSaturada), enfermero y creador de contenido, se ha mostrado muy crítico con la serie “Es de risa. Otra más que no tiene ni pizca de parecido con la realidad. ¿Tan difícil es hacer algo decente?”, ha escrito el conocido influencer en su perfil de X, antiguo Twitter, sacando a la luz la indignación de la enfermaría en particular y del sector en general no solo con esta nueva ficción, si no con el género y cómo les ha retratado a lo largo de los años.
Además, el enfermero ha publicado varias escenas que comenta y analiza con todo lujo de detalles.
“Ese paciente entra en FV, y el médico drogado pide a la enfermera que ponga adrenalina y empieza RCP. Todo mal. Pero como la enfermera es de decoración y no opina ni decide, obedece. Llega la adjunta salvadora Igual decirle que se quedara no era tan buena idea”.
No puedes perderte su hilo, porque además, son muchos los compañeros que han salido a respaldarle. Sin embargo, algunos han querido verle el lado positivo. Aunque la parte médica “es un mojón”, lamenta, Javier, hematólogo, ha querido reconocer que “Salen facultativos quemados por un sistema colapsado, ‘burn ’out’, profesionales recién salidos de la uni sin tener ni idea de hacer nada ellos solos, un dilema ético sobre la huelga sin servicios mínimos…».
las situaciones morales imposibles, la presión por salvar vidas y las decisiones personales y amorosas son los pilares sobre los que se funda la trama de la serie. Decididos a hacer una huelga laboral sin servicios mínimos, los residentes, médicos y cirujanos deberán decidir si se unen a la huelga por sus derechos o si su vocación es más importante que su vida privada, pues de ellos dependen las vidas de todos los pacientes de su hospital.
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