Ocupando el primer puesto entre las series más vistas de la semana en Netflix, The Gentlemen, spin-off de la película homónima escrita y dirigida por Guy Ritchie en 2019, ahora tiene una inesperada conexión con Breaking Bad.
Tras archivar los acontecimientos de la historia original protagonizada por Matthew McConaughey y Colin Farrell, la serie se centra en un nuevo personaje con el rostro de Theo James. Se trata de Eddie Horniman, duque de Halstead, que descubre que ha heredado las propiedades de su difunto padre Mickey Pearson (Matthew McConaughey), entre las que se encuentra un vasto imperio de la droga disputado por varias facciones criminales. Eddie se encuentra, pues, luchando con todas sus fuerzas para defender los bienes que acaba de obtener.
Como ya se ha mencionado, se trata de un spin-off de la película del mismo nombre, aunque al ver la serie, los fans han captado una inesperada conexión con… Breaking Bad.
Pero, ¿cuál es la conexión? No sólo el tema del narcotráfico, sino un personaje en particular, que disparó inmediatamente las teorías de los espectadores. Se trata de Stanley Johnson, un antiguo traficante de drogas que se ha reinventado como hombre de negocios. La peculiaridad que hizo sospechar a los fans es que Johnson está interpretado por Giancarlo Esposito, uno de los rostros más conocidos de Breaking Bad y de la precuela Better Call Saul, en la que era el capo del narcotráfico Gustavo ‘Gus’ Fring. Las coincidencias han bastado para desatar las especulaciones más rocambolescas: ¿está quizá The Gentlemen ambientada en el mismo universo?
De hecho, las dos series están producidas por estudios diferentes y tienen lugar en lugares distintos; sin embargo, el propio Esposito reconoció la correlación entre los dos personajes: «Al principio no veía las similitudes, luego me di cuenta de que en su vida anterior, que no vemos aquí, Stanley Johnson era un traficante. En realidad, me resultó más fácil interpretarle que a Gus, también porque no se pasa todo el tiempo mirando por encima del hombro con miedo a que alguien le mate. Por lo tanto, son fundamentalmente diferentes».
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