Meryl Streep, Premio Princesa de Asturias, ha visitado Oviedo para realizar un esperadísimo encuentro con el público en el que su anfitrión ha sido Antonio Banderas, compañero y gran amigo de la intérprete. Hasta 2000 personas abarrotaron el palacio de congresos de Calatrava y ovacionaron a ambos actores durante su charla.
Antonio Banderas presentó Meryl Streep repasando su "increíble carrera" y destacando su "cercanía" durante los rodajes. La actriz salió al escenario entre aplausos y se acomodó en el sofá para comenzar una noche que quedará en el recuerdo de todos los asistentes como una oportunidad única para conocerla más a fondo y presenciar una conversación inigualable entre amigos.
Banderas comenzó hablando de sus principios en el teatro y la actriz recordó que "el amor de mi madre por el teatro me lo dio a mí". "Al final empecé a sentir esa conexión", reconoce, a pesar de que ella estaba decidida a ser abogada.
_"¿Por qué en EE UU no hay un teatro nacional?", preguntó Banderas.
_"Porque no hay ninguna América, es un país políglota en el que nada está de acuerdo en nada y el Gobierno ni siquiera funciona", explica la actriz, que es una gran admiradora de la cultura europea.
La conversación acabó derivando en la importancia del cine para cambiar las cosas y cómo los actores latinos han abierto nuevos caminos y conversaciones, aunque la actriz no lo tiene tan claro y ha sido tajante: "Nadie hace nada en Hollywood a menos que piense que va a ganar mucho dinero".
También hubo tiempo para hablar de sus personajes en El Diablo Viste de Prada o la nada querida Margaret Thatcher. Aunque la conversación se puso seria cuando llegó el momento de hablar de la inteligencia artificial y sus posibles repercusiones en el cine: "¿Querrá el público eso? ¿Van a querer criaturas imaginarias o van a querer seres humanos", se ha planteado Antonio Banderas. Meryl Streep tiene claro dónde está la solución: "Necesitamos teatro y eventos en directo".