Alex Garland y el veterano de Irak Ray Mendoza reviven la guerra en ‘Warfare’: “Es como terapia, contárselo a Álex me ayuda a aceptar lo que viví”

Warfare

En menos de un año, Alex Garland ha pasado de imaginar cómo sería una guerra en Civil War a revivir una auténtica en Warfare junto a Ray Mendoza, un veterano de Irak. El resultado, una experiencia inmersiva para superar el trauma del horror en primera persona.

Por Manu Piñón

En 2006, Ray Mendoza formaba parte de un equipo de operaciones especiales del ejército de EE UU desplazado a Irak. Durante una misión, se quedaron atrapados en territorio insurgente bajo fuego enemigo, sufrieron bajas e hizo falta que les evacuaran.

Lo que vivió allí ha necesitado casi dos décadas para procesarlo. Convertido en asesor militar de películas, trabajando en el rodaje de Civil War encontró en su director y guionista Alex Garland al perfecto cómplice para llevar su historia al cine. Por primera vez, el creador de clásicos modernos de ciencia-ficción como Ex Machina o la saga 28 días, se ha ceñido a los hechos y ha codirigido una  película. El resultado es Warfare: Tiempo de guerra, primera película distribuida directamente en España por el estudio independiente de moda en Hollywood, A24, y una experiencia inmersiva sin concesiones ni clichés: es la guerra.

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Entre los estrenos de Civil War, la película en la que os conocisteis, y Warfare apenas ha transcurrido un año. ¿Tan instantánea fue vuestra conexión?

ALEX GARLAND: Sí, hicimos clic enseguida. Influyó que tenía muy clara la historia y yo tengo una forma de dirigir que encajaba con lo que había que contar. En cinco semanas habíamos rodado todas las escenas.

RAY MENDOZA: Alex escribe muy rápido y yo sólo tenía que darle información y contenido, porque esa era la mejor manera de mantener la intensidad y fidelidad de la historia.

AG: Queríamos tener libertad creativa total y la única manera de garantizarla es haciendo las cosas rápido y gastando menos. Nos impusimos una regla y era que no podíamos inventarnos nada, sólo podían aparecer cosas que hubieran vivido quienes estuvieron ahí.

Desde el principio, dijimos al estudio que no aceptábamos sus sugerencias. En el cine la libertad cuesta dinero, y el dinero se traduce en tiempo, así que había que ser rápidos.

Ray, revivir en un rodaje y luego en la pantalla aquel episodio debe ser muy duro. ¿Cómo se afronta algo así?

RM: Es muy similar a la terapia. Aunque suene raro, Alex fue como mi psicólogo. Tenía que escarbar en mis emociones, que es siempre lo más complicado, especialmente para la gente que venimos de donde yo vengo. Contárselo a alguien como él, que tiene otra perspectiva a la mía, me ha ayudado mucho a aceptar lo que viví. Aún lamento algunas decisiones y me planteo qué podría haber hecho diferente, pero encontrar a alguien que te entiende hace que muchos de esos recuerdos, esos flashes que llegan cuando menos lo esperas, se vayan calmando.

AG: Como civiles, presumimos el coraje que tienen los soldados, aunque nos cueste recordar que también tienen miedo. Lo que ha hecho Ray con Warfare para mí es un acto de coraje similar, de valor y honestidad. No evitó ningún tema, tampoco cuando entrevistó a sus compañeros para que el relato fuera absolutamente fiel y completo.

Ray, te ocupaste de que los actores se comportaran como auténticos militares. Dada tu experiencia de más de 10 años como asesor militar en películas, ¿en qué sueles tener que insistir?

RM: Todo lo relacionado con el manejo de las armas, porque es lo primero que resta credibilidad. Aunque lo que más me interesa es darles contexto, explicarles lo traumática que puede ser una situación en la que eres testigo de los horrores de este mundo. Me gusta pensar que les ofrezco capas más allá delo obvio, como puede ser la formación o la forma de sujetar un arma.

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Alex, tus historias han sido por lo general alegóricas, mientras que Warfare: Tiempo de guerra es una recreación casi documental de la realidad.

AG: No quiero ponerme filosófico, pero el objetivo de una alegoría, ¿no es decir algo cierto? Da igual cómo sea el proyecto, lo que me empuja a hacer una película es contar la verdad. En este caso, no hay lugar para las metáforas o las interpretaciones, porque estamos hablando de personas reales, de un horror auténtico, mostrando su vulnerabilidad, sus miedos y el peligro al que se enfrentaron. Para mí, sería hacerles de menos. El objetivo era entender por qué les agradecemos a los soldados que vayan al frente. Dado que la guerra parece ser a veces inevitable, creo que es responsabilidad de los civiles tratar de comprender realmente lo que significa y no simplemente dejar eso al grupo de personas a quienes delegamos esa responsabilidad.

¿Una película que muestre la guerra tal como es pasa por ser antibelicista?

AG: Creo que fue Truffaut quien dijo que las películas bélicas glorificaban la guerra y hasta cierto punto puedo estar de acuerdo. Creo que depende mucho de los recursos que utilices, como por ejemplo la música. Cuando se estrenó Civil War un periodista británico, un idiota, la verdad, malinterpretó algo que dije sobre el comienzo de Apocalypse Now, lo atractivo que era visualmente el bombardeo con napalm de la jungla, con una canción de The Doors sonando.

Empleando música o cámara lenta es casi imposible que hagas una película antibelicista, aunque puede que sea un gran filme como Apocalypse Now. Personalmente, creo que Warfare es una película en contra de la guerra. Puedo defenderlo delante de Ray y sus colegas porque también tengo claro que no es una película que vaya en contra de los soldados.

Sería muy decepcionante como cineasta que alguien saliera de ver Warfare queriendo meterse en una guerra.

RM: Obviamente, he sido militar durante una larga temporada, he estado destinado en distintas misiones y no se me ocurriría promover la guerra. Pero hay cosas que sólo hemos vivido quienes entramos en combate, y eso era lo que necesitaba mostrar.

Especialmente para veteranos que no pueden recordar bien lo que experimentaron. Mi compañero Elliot Miller (interpretado por Cosmo Jarvis en Warfare) no se acuerda de la casa en la que estuvimos, de los sonidos y de casi nada de lo que pasó durante las horas que relata la película. Yo le debía esto, la posibilidad de saber qué le pasó allí. Yo también necesitaba llenar algunas lagunas. No hay ninguna agenda premeditada para hacer una película en contra de la guerra, pero creo que, por lógica, debería serlo.

Aunque el material en el que se basa Warfare es tan personal, ¿teníais algunas películas como referencias de lo que queríais hacer?

RM: Personalmente, no tenía ninguna, sólo una serie de parámetros para conseguir capturar todo lo que sucedió. Eso es lo que hizo que la película acabara dirigiéndose de una determinada manera. ¿Tú tenías alguna película en mente, Alex?

AG: En algunos aspectos, la secuencia inicial de Salvar al soldado Ryan sí que estaba ahí en mi cabeza, porque se me quedó grabada desde que la vi cuando se estrenó. Es obra de un auténtico virtuoso, describe la batalla de una forma excepcional. Sin embargo, en esta película nuestra intención era olvidarnos de todos los trucos y técnicas que se han empleado en las películas sobre la guerra. Por ejemplo, enseguida decidimos que no habría banda sonora.

Tampoco quisimos poner en boca de los personajes cosas que no habían dicho, como diálogos que nos ayudasen a conocerlos mejor. Una de las bromas habituales entre nosotros al principio era imaginar que a uno le acababa de dejar su novia, que a otro le quedaban sólo tres días de servicio, que estaba ese que era un cabronazo, pero que las cosas se ponían feas podías contar con él… Todos esos tópicos perpetuados en el cine bélico. Así que, como si nos hubieran enchufado el aparato ese de Men in Black, procuramos borrarnos todos los clichés de género y limitarnos a representar lo mejor que supimos lo que había vivido Ray con sus compañeros aquellas horas en Irak. Hace un año, Alex, expresaste tu intención de dejar la dirección.

¿Trabajar con Ray te ha hecho cambiar de idea y seguirás dirigiendo con él?

AG: Me encanta cómo es Ray, tiene mucho talento y me veo dirigiendo de nuevo con él, pero no quiero comprometerle…

RM: Es oficial, formamos pareja.

AG: De hecho, Ray ya tiene otro proyecto, aunque quizás es pronto para hablar de eso… Todo lo que puedo decir es que encontrar personas con las que conectas así profesionalmente es muy difícil. Llevo 25 años en esto y no me había pasado nunca, es la única vez que he sentido que podía dirigir con alguien.

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