Crítica: ‘Círculo cerrado: El Cargador’

Círculo Cerrado

★★/★★★★★

El segundo de la obra de Steven Soderbergh empieza por fin a cerrar el círculo después de una presentación que requirió de grades dosis de fe para confiar en la trama.

Con una duración mucho menor, de solo 38 minutos, parece que Círculo Cerrado encuentra una medida mucho más apropiada al ritmo e intensidad de la serie. El Cargador, título bajo el que se presenta una entrega que nos adentra mucho más en el universo que habitaremos durante seis capítulos, pone el foco en los McCusker intentando cumplir con las exigencias de Aked, un personaje que apunta manera pero del que todavía no conocemos demasiado.

Timothy Olyphant destaca sobremanera por encima del resto del elenco en una entrega que le da la oportunidad de aunar suspense y profundidad emocional en un personaje, que llevará toda la carga de tensión, que crece de manera exponencial hasta que el espectador empieza a encontrar algunas respuestas en Washington Square Park. 

En ocasiones, algunos planos secuencia y movimientos de cámara no consiguen acompañar a la escena, si no que pueden llegar a distraerte de la acción, aunque sin duda los personajes consiguen focalizar la atención de un relato que cada vez afina más el tiro.

Empiezan a vislumbrarse algunas conexiones y las historia se encuentran, sin embargo, no acaban de resolverse algunas cuestiones que, dependiendo de como avancen los capítulos, corren el riesgo de caer en el olvido.

A pesar de todo, El Cargador consigue que empecemos a entender la venganza que parece respaldar el guion y sin duda engancha definitivamente al espectador.

Lo mejor: El segundo capítulo consigue alcanzar el ritmo trepidante que prometía el primero.

Lo Peor: A pesar de que comienza a destacar una línea de acción sobre las otras, habrá que esperar a que el guion acabe de elegir una dirección.

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