Crítica: ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 3’

Guardianes de la Galaxia Vol. 3

★★★½/★★★★★

Con Guardianes de la Galaxia Vol. 3 las expectativas eran muy altas. La primera entrega, estrenada en 2014, resultó ser toda una sorpresa (por diferente y arriesgada con respecto a lo que Marvel venía haciendo desde Iron Man), y el volumen dos (2017) supo estar a la altura. Ya puede decirse: la tercera y -a priori- última entrega de las aventuras interestelares de Star-Lord, Groot, Gamora, Rocket, Drax y demás familia, que llega hoy, jueves 4 de mayo, a las salas españolas, supone el cierre por todo lo alto que cabía esperar.

Lo que continúa diferenciando a la saga Guardianes de la Galaxia de otras películas del MCU es el profundo cariño que James Gunn, director de los tres volúmenes, demuestra tener por el material de partida. No hay aquí rastro alguno del trazo grueso propio de una película de encargo: las ideas visuales de Gunn continúan derrochando artesanía, pura inventiva y, por encima de todo, una deliciosa personalidad ecléctica y pop.

Y es que es motivo claro de celebración que los rasgos de estilo que este cineasta manejaba ya en sus dos primeras películas -el (inmerecidamente maltratado) homenaje a la Serie Z Slither: La plaga (2006) y la comedia negra de superhéroes Súper (2010)- permanezcan intactos (es más: que se hayan incluso potenciado) tras haber dado el gran salto al terreno de las superproducciones.

Formado como guionista en filmes de la Troma como las descacharrantes Tromeo y Julieta y Terror Firmer, en la revisión de Zack Snyder del Amanecer de los muertos de George Romero y en las dos adaptaciones de imagen real de Scooby Doo que dirigió Raja Gosnell, si una cosa ha venido demostrando Gunn desde sus orígenes es amar con locura a los monstruos. Por eso sus freaks, sean de muy bajo o muy alto presupuesto, poseen alma y corazón (en este sentido, la reconstrucción del pasado del personaje de Rocket es, sin duda, lo mejor de esta nueva entrega). 

Solo queda desear que, en el futuro, el cine de superhéroes caiga en manos de creadores con tanta sensibilidad como Gunn (algo que, más allá de esta saga, también quedó patente en su divertidísima y gamberra versión de El Escuadrón Suicida para DC). Que recientemente haya sido nombrado co-director de los estudios DC para supervisar su nuevo universo es una magnífica noticia.

Lo mejor: Puro cine de aventuras familiar (del bueno).

Lo peor: Que dure dos horas y media.

Guardianes de la Galaxia Vol. 3

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