★★★
¿Somos capaces de escapar a nuestro destino? El eterno debate del determinismo y el libre albedrío se sitúa en el corazón de Sujo, primer largo que dirigen conjuntamente las mexicanas Fernanda Valadez y Astrid Rondero. Su película recorre la infancia y adolescencia de un niño, hijo de un sicario asesinado, que, nacido en Tierra Caliente (Michoacánque), debe abrirse paso en un mundo hostil que parece tener reservado para él un único futuro posible. Pero “somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, decía Sartre: el chico, aun consciente de estar condicionado por su pasado, intentará alejarse del entorno violento que lo vio nacer mudándose a Ciudad de México e intentando jugar sus propias cartas en la vida. El film está dividido en cuatro episodios, titulados con el nombre de los diferentes personajes que acompañan a Sujo, el protagonista, en su devenir vital: Josué “El Ocho”, su padre; Nemesia, su tía, que le acoge y protege tras la muerte de éste; Jai y Jeremy, amigos de la adolescencia; y Susan, profesora que, en el último tramo de la película, verá en Sujo algo especial y tratará de ayudarle a autoconvencerse de que, pese a venir de donde viene, puede cambiar de vida y ser dueño de su presente. Es en la primera mitad (la parte que recoge la infancia del chico) donde se encuentran los principales puntos fuertes de la película: sus imágenes, de textura árida y abundantes en claroscuros (y que toman del western algunos motivos visuales), logran condensar la violencia que rezuma el entorno e infundir en quien las mira la sensación de hallarse en todo momento a merced de un porvenir fatídico. La segunda mitad del film, en la que Sujo abandona el poblado para seguir su propio camino, se torna sin embargo más convencional, dejando de lado la abstracción y el aliento poético que caracterizaron el primer tramo para optar por unas formas más cercanas al cine social realista. Es aquí donde la película, por momentos, pierde algo de pie, tropezando con algunos lugares comunes y verbalizando en exceso su discurso. Con todo, es un bello relato filmado con sensibilidad y sumo respeto por sus personajes.
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