Por Emiliano Dal Toso
Estreno en España: 19 de mayo
Han pasado 22 años desde el estreno de la primera Fast & Furious, carreras clandestinas, coches ultrarrápidos y trucados y una historia sencilla y lineal. El inesperado e imparable éxito comercial de la saga (sobre todo a partir de la cuarta película) la ha convertido en el principal referente del cine de acción contemporáneo, al que solo Tom Cruise le hace sombra con su Misión imposible. El personaje de Dominic Toretto es un auténtico icono, líder de un grupo de forajidos-héroes unidos por un inquebrantable vínculo de hermandad. Porque, por encima de todo, el secreto de estas películas descansa en la elegía de la amistad y la pasión que mueve el corazón de los protagonistas, tanto por los coches, claro, como por la familia escogida, esa que está siempre en el centro de los discursos de los protagonistas, tan bien representada por esa mesa en torno a la cual a menudo termina cada filme.
¿UNA ÚLTIMA VEZ?
Fast & Furious X es el acto final de las aventuras criminales de un Toretto que no ha dejado de ir a toda pastilla en ningún momento. Pero el final se alargará un poco ya que hace tiempo decidieron dividirlo en dos partes. Como explicó Vin Diesel era imposible hacerlo de otra forma: “Quedan tantos caminos por recorrer y tantos territorios por conocer. Todavía hay muchos lugares en el mundo que tenemos que visitar”. La décima película que ahora llega a los cines enlaza narrativamente con los acontecimientos que vimos en Fast & Furious 9.
Dante Reyes (Jason Momoa), el hijo del narcotraficante brasileño Hernán Reyes, se asocia con Cipher (Charlize Theron) para enfrentarse al equipo de Toretto y vengar la muerte de su padre. Dante conoce a Dominic mejor que nadie, lleva 12 años estudiándolo, y ha tramado un plan para aniquilar a su familia. El complot de Dante provocará la dispersión de la familia de Toretto por los más diversos y distantes puntos del planeta, desde Los Ángeles a las catacumbas de Roma, de Brasil a Londres, de Portugal a la Antártida.
Pero todo cambiará cuando Dom descubra que el verdadero objetivo de la venganza de Dante es su hijo Brian (Leo Abelo Perry). “Se trata de una venganza burlona, de las que provocan una sonrisa ambigua”, explica la actriz Michelle Rodríguez, que sigue en el papel de Letty Ortiz.
Desde luego, de Fast & Furious X más de uno saldrá con los pies por delante. “Estamos en plena batalla, es una carrera que durará hasta el final. Habrá enormes pérdidas”, dice el director Louis Leterrier añadiendo que la película promete ser muy emocionante ya desde el título: “Fast Ten”, es un juego de palabras en inglés que en español se traduciría como “abróchense… los cinturones”.
FABRICAR EXPLOSIONES
Parte del rodaje transcurrió en Turín, Roma y la pequeña ciudad de Genzano, donde, a plena luz del día, un coche se estrella contra la cristalera de un restaurante. Un equipo de unas 300 personas vela para que la escena se desarrolle con total seguridad. Se trata de la grabación de una persecución. Estamos en una calle cuesta abajo. Se lanza un primer coche por una rampa que tendrá que trazar sin incidentes.
A los 10 minutos, llega otro coche, esta vez desenfrenado, choca contra la taberna y se incendia. En esa misma calle hay también un estanco, un taller, una peluquería y una joyería, cuyos escaparates se han rediseñado artísticamente para transmitir una imagen de Italia vintage. Otro truco. Los laterales de la acera están más bajos que el nivel de la calzada por la que bajan los coches, y sobre una plataforma de madera se han colocado pequeñas mesas y sillas para que salgan disparadas en todas direcciones tras ser arrolladas por el coche.
“Incluso para una escena de acción como esta empezamos leyendo el guion, la discutimos y luego visitamos la localización ideal y decidimos la mejor manera de realizarla. Si hay que hacer cambios, se discuten después con los guionistas. Nada es definitivo hasta que empezamos a rodar. Aquí, en Italia, por ejemplo, hubo que modificar algunas escenas para adaptarlas a la funcionalidad de las localizaciones”, cuenta nada más terminar el rodaje Andy Gill, el coordinador de especialistas de la película. Se han empleado a más de 50 dobles para Fast X. El nivel de sorpresa es un elemento fundamental para una saga que se basa, sobre todo, en la espectacularidad de las persecuciones.
Y aunque hay necesarios efectos visuales al servicio de esta espectacularidad y “por razones de seguridad”, Leterrier ha querido acercarse más a Fast 1, Fast 3 y Fast 5, así que también hay mucho realismo y verosimilitud. “Tanto los dobles como los actores se han mostrado entusiasmados por probar nuevas acrobacias físicas”, dice el director.
¿TURÍN O ROMA?
En total, el equipo de Fast X permaneció en Italia 23 días, 11 en Roma, dos en Genzano y 10 en Turín. Al principio, los planes parecían un poco locos y menos realistas, porque la intención era cerrar grandes zonas de la ciudad de Roma, como desde el Coliseo al Circo Máximo durante un par de días, o la plaza Venecia durante cuatro días. Tras mantener conversaciones con el equipo de producción local, se dieron cuenta de que era imposible. “También porque Roma es particular, si cierras una calle lo bloqueas todo”, explican. Y tiene muchos monumentos que proteger.
Después, saltaron a Turín con la idea de hacerla pasar por Roma y rodar allí las escenas de acción más temerarias de la manera más realista posible, una ciudad con la morfología de Turín permitía controlar por completo ciertas calles durante un mayor número de días. Y, sin embargo, la organización del rodaje en Turín resultó más complicada de lo previsto por una cuestión de fechas, ya que, inicialmente, coincidían con la celebración de Eurovisión, de la Feria del Libro y la llegada de una etapa del Giro. La producción tuvo que esperar a que terminaran los actos culturales y a que la caravana del Giro abandonara la ciudad antes de sacar la claqueta. Así que, por una vez, incluso los bólidos de Dominic Toretto tuvieron que dejar paso a las bicicletas…