David Trueba explora la aceptación de las relaciones entre un hombre y una mujer mayor en ‘Siempre es invierno’: “Lo que es normal para ellos lo tiene que ser también para ellas”

Siempre es invierno

Hace 11 años, cuando David Trueba publicó Blitz, las relaciones entre un hombre y una mujer bastante mayor que él se veían con aprensión, mientras que en el caso contrario se aceptaban con cierta naturalidad. Hoy, aún sin conseguir una mirada libre de prejuicios, la opinión sobre estas parejas ha cambiado, tal vez no tanto como sería deseable, pero sí lo suficiente para poder hablar, en palabras del propio autor, de “una evolución”. Y de ello trata, entre otras cosas, Siempre es invierno, adaptación de su novela Blitz, que ya se intentó llevar al cine hace unos años y que ahora por fin se ha rodado como película, con David Verdaguer, con quien el cineasta ya hizo su anterior filme, el biopic Saben aquell, la actriz francesa Isabelle Renauld (La eternidad y un día) y Amaia Salamanca (Todos mienten, La piel del tambor).

La película sigue los pasos de Miguel, un arquitecto paisajista que viaja con su novia a Bélgica, pero justo entonces se produce la ruptura de la pareja. Él decide quedarse unos días solo allí y es en ese tiempo cuando conoce a Olga, una mujer mayor que él que le ayudará a recuperarse y a entender qué es lo que quiere hacer con su vida.

“Es como una relación accidental, pero que luego va cobrando un cierto sentido. Es como una relación incómoda, porque es inusual. Pero esa relación, digamos, se va quedando en la cabeza de él y va transformándose. Una mezcla de amistad, de relación sentimental, de necesidad, también de compañía, de no estar solo…”, explica David Trueba, que se ha rodeado de mujeres en este rodaje. Agnès Piqué (La imatge permanente, El techo amarillo) es la directora de fotografía, la compositora y cantante Maika Makovski es la creadora de la banda Marta Velasco.

Siempre es invierno, donde hay pequeños cambios respecto de la novela, será una película “humanista” en la que drama y humor conviven. “Hay humor y tristeza también, tiene las dos cosas. Por un lado, tiene una ruptura, por otro, tiene el encuentro y también el estar en un mundo de un tiempo y un espacio diferentes para el personaje. Yo diría que es un poco como la vida misma”, dice Trueba. Lo que eran pensamientos del personaje en el libro, aquí son diálogos y momentos de silencio, de soledad.

“Hay de todo, hay bastantes silencios porque hay mucha soledad, muchos espacios donde estás solo, pero también hay diálogos, escenas entre ellos bastante dialogadas –dice el director–. La película es, yo creo, un contraste”.

Una historia que encierra “una cierta disparidad entre Barcelona y Lieja, ciudades en las que se ha rodado. “En Lieja rodamos en invierno, con la bruma, la niebla, el frío…”, recuerda el cineasta, que añade: “Y ahí está el contraste de esas dos sensaciones que es con lo que se juega irónicamente en el título, Siempre es invierno. Es esa idea de que el invierno es un estado de ánimo más que una estación”.

Jon Arias, Vito Sanz y Naiara Carmona completan el reparto de la película, una coproducción entre Bélgica y España, con la que David Trueba propone una reflexión sobre cuánto ha cambiado la mirada social hacia las relaciones entre hombres y mujeres mayores que ellos.

Cuando publiqué la novela hace 11 años, esas relaciones eran llamativas, llamaban mucho la atención. De hecho, fue el gran tema del que se habló en la promoción del libro”, dice el director y guionista.

Entonces, Trueba repetía en las entrevistas que llegaría un tiempo en que esas parejas ya no fueran tan novedosas ni, en su caso, que fuera tan atrevido contar una historia sobre ellas. “Las sociedades tienen que evolucionar y lo que es normal para los hombres lo tiene que ser también para las mujeres – afirma–. Y bueno, yo creo que el tiempo, estos años, no es que me hayan dado la razón, sino que han demostrado que hay una evolución natural”.

“Y digo evolución porque no terminas nunca de completar el viaje y más ahora que estamos justo en un proceso donde la evolución ha provocado una reacción. Hay como un deseo de volver atrás por parte de ciertos poderes. Pero eso forma parte del ciclo”, comenta Trueba que confiesa que ahora intenta “no caer en una cierta depresión, sino más bien en entender que estas reacciones forman parte de la evolución. Hay una parte de la sociedad que tira hacia atrás, porque va un poco a rebufo de la evolución y del progreso. Y eso les perturba y lo tratan de frenar. Pero claro, hay cosas que son irrefrenables”.

Siempre es invierno muestra ese cambio, pero también la soledad, las distintas formas de amar, el camino de la recuperación. “Sí, la novela la diseñé como un naufragio, alguien que acaba en una orilla arrastrado por el mar. Y la película también la explico así. Es la película del naufragio de una persona que de pronto pierde todos los apoyos básicos, pierde un poco su lugar en el mundo, y cómo ese naufragio le acaba llevando a un sitio inesperado, al que no pensaba llegar, pero al que agradece meramente como refugio”.

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